Aquella sustancia destructiva que mata corazones y vidas completas.
Aquella que lastima sentimientos y verdades.
Aquella tentación que abunda en la tierra y te coge y te amarra y sin darte cuenta, te aferras a ella.
Alcohol que mata y destruye rostros, sueños e ilusiones.
Alcohol que te encierra y te separa de la realidad y te cohíbe y te daña.
Sustancia putrefacta es en lo que te convierte; en un miserable ser humano, equivocado y perdido… Y errado y embromado.
No te quiere ni busca tu bienestar; sólo ríe por verte solo y acabado…
Disfruta viéndote sufrir entre la soledad, entre la muchedumbre…
Sólo goza del dolor ajeno, de tu dolor y de los que a tu alrededor están.
Alcohol que mata, alcohol maldito y desalmado…
Que no siente, ni llora ni cae en razón.
Aquel idiota, aquella sustancia imbécil que se traga la esperanza, los sueños…Y la misma vida humana.
Alcohol que manipula y que siente felicidad de ver seres inocentes que caen en su trampa. Seres que pueden ser niños, jóvenes, adultos…O aquellos que simplemente se aferraron a esta porquería de sustancia y decidieron unir su vida junto a él hasta la muerte…Hasta el fin de los tiempos.
Alcohol enfermizo, prendedizo sin causa. Aquel amargado, equivocado y embromado entre la maldad, entre la necesidad de dañar almas e ilusiones;
Y también sueños que en menos de nada, se desboronan y se pierden como las mismas palabras que se lleva el viento.
Alcohol que mata. Destruye y acaba.
… y no perdona y no deja ser libre.
Sustancia perdedora, que injustamente triunfa al final jugando con trampa, con mala gana y que sin perseverancia te arruina. Te tumba y te deja botado en el olvido.
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