Mi pasado se trepo por tus pies
sin pedir permiso
y choco con tu cansancio desnudo,
que con una mueca fracturada
se escapo por las calles del olvido,
hasta que solo el ruido de la soledad
golpeo las puertas de la madrugada,
en la que tus ojos no pudieron palpar
el maltrato y la culpa
y se aferraron al más fácil reflejo,
la huida.
Texto agregado el 13-12-2004, y leído por 266
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
25-02-2005
tan introspectivo como fulgurante... maravillosamente cobarde agata_raven
20-12-2004
Es muy personal, palabras que hablan de lo triste de la cobardía. Fuerte, muy bueno. Mandragoras
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