De pronto sentí que había llegado a un punto caótico en mi vida; los cánones normales de comportamiento social los había sobrepasado ya hacía bastante tiempo y mi actuar dejaba mucho que desear. Me costó darme cuenta de esto, pero supongo que al subestimar los límites racionales y ver lo que mis acciones provocaban en los demás e incluso en mi misma, se remecieron mis cimientos y me vi forzada a enfrentar el caos. Ya no dormía, casi no comía, fumaba como loca y no conseguía aminorar mi ansiedad. Y a pesar de tu negativa yo seguí insistiendo; los intervalos han variado a través del tiempo, antes no era tan intenso, pero creo que por estos días estoy sobre los limites: te escribo, te llamo, te persigo, te asecho; es casi imposible que no lo notes, personalmente creo que me ignoras por temor a enfrentarme, te entiendo, al común de la gente le intimida mi personalidad desbocada y sin autocontrol, sinceramente creo que también sentiría temor.
Lo pensé toda la noche, ya no quedan más opciones ni justificaciones, debo actuar, es la única forma de poder sanarme. Ya he agotado todo posible acto racional para conseguir mi objetivo. ¿ Por qué nunca lograste amarme?.
Ya conocía tu rutina diaria, tus horarios, tus trayectos y lo que hacías cada día de la semana. Esperé despierta toda la noche contemplando la ciudad, las luces noctambulas fueron mis cómplices esa noche, testigo mudo de mi angustia infinita, mi única compañía en esos momentos. Tenia que acabar con este sufrimiento, ya era insoportable, ni las pastillas lograban calmarme. A la hora estipulada me vestí, amarré mi pelo con un moño y sin siquiera lavarme la cara apresuré mi paso para llegar a la esquina de tú lugar de trabajo, ahí te esperaría. En mi bolso tenia la pistola que tomé de casa de mi hermana dos días antes; dudo que lo notara, está demasiado ocupada con sus asuntos personales y su vida familiar perfecta. Todo debía ser rápido y preciso o alguien podría impedirlo.
Te veo doblar la calle por la vereda de enfrente; corro a tu encuentro mientras saco la pistola previamente cargada que estaba en mi bolso. No me di cuenta, solo sentí un estruendo desde mi costado izquierdo, fue todo muy rápido, cuando volteo la camioneta ya estaba sobre mí lanzándome metros mas allá y dejándome un par de costillas rotas.
Ahora estoy en el hospital hace casi dos semanas y no he recibido ninguna visita tuya ni menos un llamado, ¿será que me olvidaste?, No importa, te perdono, pronto me darán de alta y lo primero que haré será visitarte.
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