Mi pueblo es muy especial, más allá de la nostalgia que despierta el lugar donde nací, por tanto tiempo sin visitar, todas las noches se puede apreciar como se mueven las sombras de los dioses.

Es maravilloso poder distinguir la figura de cada personaje que es superior a nosotros. Hemos podido identificar la realidad de lo que existe en el más allá. No es como los hombres se la han imaginado, ni como lo han pintado en tantas religiones.


Mi pueblo esta en el trayecto al cielo, si es que hay cielo. En verdad lo que hay es una vereda que todos caminan cuando dejan este mundo. Los buenos y los malos, los negros y los blancos, los pequeños y los grandes. Todos viajan con su conciencia tal y cual la tienen en este mundo. Esto ese una antesala de lo que viene. Algo así como una sala de espera en un hospital. Unos cuantos tienen la suerte de entrar más rápido que otros, otros desgraciadamente tienen que sufrir años de espera en este discordante mundo.


Pero esta sala de espera no es para mal, en esta sala de espera aprendemos muchas cosas. Cosas que bien se pueden aprender en la otra vida, pero nunca esta de más aprenderlas en esta.


Cada lado tiene sus ventajas y desventajas. Supongo que como en esta pequeña antesala, en aquella habitación de hospital habrán puertas para dirigirnos a más cuartos, o quizás no. Yo no podría afirmar nada debido a que ninguno de los que han pisado aquella habitación, ninguno de los que han caminado más allá de los límites de mi pueblo ha vuelto.

Existen dos posibilidades. Quizás aquel lugar sea tan bueno que nadie quiera volver o sea como dice el anciano del pueblo, después de entrar es imposible salir.

El anciano siempre nos contaba que la otra habitación funciona como una de esas trampas para peces, donde los peces bien pueden entrar, pero no pueden salir.

En lo particular creo que no es un lugar tan malo como menciona el anciano. Lo que en verdad sucede es que las personas que llegan hasta allá se dan cuenta que no existe razón para volver a esta habitación, si lograron entrar en aquella es porque les llego el tiempo de pasar a aquella. El dolor de los que dejo en este mundo se les pasara a medida que pasa el tiempo y de una u otra forma se volverán a ver en la otra vida.


Para lastima de muchos no existen gobiernos dictatorialmente perfectos como lo dicen muchos libros, entre ellos la Biblia. Aunque los de mi pueblo no saben mucho de como funcionan las cosas mas allá del camino que conduce a la otra habitación, pero lo mas seguro es que seguiremos viviendo como siempre, con las mismas deficiencias de este mundo, con las mismas limitantes, con las mismas virtudes y con paredes distintas.