La Vuelta del Ángel


Faltaban sólo dos días para la fecha indicada. Estaba tan ansioso del volver a la tierra que no había un solo instante en el que dejara de imaginar como sería el reencuentro con sus hijos.

_ Hace un poco menos de dos mil años les dije que volvería para salvarlos –pensó para sus adentros- y ahora ya es tiempo de cumplir mi promesa.
Parecía tan entusiasmado y a la vez sereno, que resultaba imposible averiguar que era lo que sentía. Se movía de un lado a otro con lentitud y cautela como meditando en forma profunda el que sería su accionar, calculando cada paso que daría allá abajo y barajando todo lo que iba de hacer con nosotros, los mortales.
Una voz tan suave y delicada como el viento lo apartó del trance:
_ Señor Jesús –dijo el ángel con timidez-
_ Dime… ¿que se te ofrece? –dijo Él con tono sincero y cariñoso-
_ Señor… su padre desea verlo en el templo. Desea comunicarle una noticia que no dejará de tener importancia para usted. Podría acompañarme?

Asintió inclinando la cabeza.

Mientras se dirigían hacia el lugar Él no dejaba de mirar al ángel. Era tan bello y sencillo que le pareció nunca antes haber visto tanta hermosura en un solo ser. Su cuerpo, fino como la seda y sus enormes alas blancas no dejaban a nadie indiferente y lo hacían parecer un destello de sol sobre la claridad del océano. Era sin duda una criatura de excepcional belleza.

No tardaron demasiado en arribar.

Al ingresar al templo en forma inmediata se oyó la voz del Padre:

_ “Hijo… Sabes muy bien porque te he mandado a llamar. Eres mi único fruto y es natural que tengas esa capacidad.
Espero sinceramente que entiendas mis razones. Como tú sabes, yo no quiero que vuelvas a la Tierra para que seas sacrificado como lo fuiste tiempo atrás y, aunque creas lo contrario, yo veo que la gente en el mundo no ha cambiado nada durante este tiempo, por el contrario, si lo ha hecho ha sido en mala manera.
Por esa razón comencé a pensar hace algunos días que hacer para convencerte que no fueras, pero mis intentos fueron inútiles. Inútiles hasta que apareció Efesius, el ángel que te trajo hasta acá, proponiéndome una idea que quisiera que escucharas…”

Al decir esto, Efesius se puso frente al Hijo e inclinándose suavemente en símbolo de respeto y reverencia, comenzó a decir:

_ “Señor, con todo respeto me inclino a sus pies y me doblego frente a su grandeza.
Aún quedan dos días para que usted descienda al mundo nuevamente y me parece muy poco tiempo para probar si éste es capaz de aceptarlo y ha cambiado su mentalidad. Por esa razón señor, me he ofrecido como voluntario para bajar a Tierra junto a los humanos el día de mañana, ha eso de que se asome el sol y hasta la puesta de la primera estrella del mismo día. Dependiendo de las novedades que entregue a mi regreso y, de acuerdo con lo conversado con su Padre, será decisión suya y únicamente suya descender al día siguiente para cumplir su cometido y promesa.”

Al concluir lo dicho se levantó pausadamente y se puso a un costado de Jesús quien, tras algunos segundos, miró al Padre y exhaló:

_Que tu voluntad sea dicha y realizada… Oh Señor!!!



Había pasado ya todo el día acordado. El sol se estaba poniendo para dar paso a que pronto apareciera la primera estrella del cielo nocturno. Se acercaba la vuelta del ángel y ambos, tanto el Padre como el Hijo, no podían retener más los deseos de saber que pasaba.
Aparecióse entonces la primera dama brillante en cielo y, conjuntamente, en la entrada del templo vislumbraron la figura moribunda de un ángel.
Se apresuraron en correr hacia el lugar pero, antes de que llegasen, Efesius se desplomó sobre el suelo, emitiendo un quejido agónico mientras caía…

_ Efesius… Efesius… -decía Jesús desesperado- que te ha pasado… por favor… dínoslo…
Sobreponiéndose al dolor y las heridas de su cuerpo, y tratando de resistir el máximo de tiempo con vida, el ángel empezó:
_ “Allá abajo es un caos Señor… un caos –repetía sollozando- . Cuando llegué logré mantenerme oculto un par de horas, para ver que era lo que sucedía… Se sufre mucho… mucho Padre… No existe nada que se compare con tanta crueldad y avaricia… Los países compiten entre ellos, arrojándose bolas de fuego gigantes y matándose a cada instante… Los gobernantes sólo piensan en poder y riquezas, siendo que en gran parte del mundo la gente no tiene que comer y se muere de hambre minuto tras minuto… se creen genios oh Señor, creando fórmulas para combatir enfermedades no sabiendo que alteran así el orden natural de la vida. Crean y construyen maquinaria no para crear, sino para destruir la tierra, cavando fosas, destrozando bosques y eliminando la flora y la fauna Señor; experimentan… juegan a ser dioses… queriendo tener el control de la vida con algo que ellos mismos llaman clonación. Asesinan, matan y violan, sin importar el dolor que causan con tal de lograr su propio bienestar y satisfacción…- lágrimas de dolor e impotencia caían por sus ojos, mientras continuaba gritando desconsolado…- Cuando me encontraron, fui atrapado con una red eléctrica que me hizo caer al suelo inconsciente. Una vez despierto me encontré en una especie de laboratorio con agujas y mangueras por todo mi cuerpo y muchas luces que no me dejaban ver. Abrían mi cuerpo con cuchillos Señor y sacaban muestras de mi piel y tejido corporal…¡¡No les interesaba mi dolor Padre… no les importaba!!
Gracias al cielo llegó la noche y fui sacado de allí… gracias a Dios que…- ya casi no le quedaba fuerza, había perdido mucha sangre y le habían cortado una de sus alas.
En un último esfuerzo por seguir hablando miró a Jesús y dijo:

_ No baje Señor… por piedad hacia usted mismo no lo haggg… - No alcanzó a decir más. Su cabeza quedó colgando en las manos de Dios y su aliento se había transformado en un eco de muerte.

Fin


*** Tal vez no nos hemos preguntado esto antes, pero yo creo que vale la pena. ¿Estará el mundo listo para Dios? .El mundo cada día da un paso hacia la perdición, creyendo que hacen precisamente todo lo contrario.
Espero que esta historia sea vista en forma reflexiva y sirva, por sobre todas las cosas, para crear un poco de conciencia.
Gracias por tu tiempo.
Zetha.