El verbo descarnado
entre arreboles y gaviotas
fue eco de inmortales voces.
Se reflejó en el mar de tus ojos
dibujando en océano de páginas
rostros en sepia, de ancestrales niños,
escribiendo con tinta de fuego sus ilusiones.
En sosiego leíste ése, el libro de la contemplación.
Con códigos mortales y en un chasquido de ojos
las piernas sudaron el alfa de tu Universo.
Miraste a los dioses otorgar los caminos,
entregar islas con sus playas de sueños,
tierras vírgenes para explorarlas,
con renovadores sentimientos.
Viviste el omega de tu vida.
Y el verbo se hizo Verbo
para velar tu sonrisa.
Lionel Henriquez B. Diciembre de 2004
Texto agregado el 12-12-2004, y leído por 301
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Se le mira y parece una flecha de palabras disparadas hacia un destino que indica caminos. Un texto que mezcla paisajes compartidos con un algo místico y un dolor que se hace piel cargadito de esperanzas. Ya las estrellas inieron otro día y hoy contemplo esta imagen, este verbo... FaTaMoRgAnA
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