La ilusión se ha ido, ya todo ha terminado, y pensar que alguna vez fue el centro de mi existencia, y que yo misma lo dejé ir...ya era hora.
Me duele su partida, pero a la vez me alegro de verlo volar, la libertad lo hace aún más hermoso.
No entiendo el por qué, pero hay algo de mí que quiere seguir atada, tal vez la comodidad de la costumbre.
Sin embargo, no dejaré que otros ocupen su lugar, él es único e inigualable, su puesto estará allí, vacío, esperando a que alguna vez regrese, y si no lo hace, quedará como testimonio de que alguna vez estuvo allí.
Lo recordaré con cariño, pues aunque sólo fue una ilusión, el paso del tiempo me dará la razón, y con ello recuperaré mi dignidad.
Me arrepiento de haberlo negado, de querer destruirlo, de querer olvidarlo, pues el fue parte de mí, como yo de él, somos irrompibles.
¿Y quién dijo que ya no es tiempo para comenzar de nuevo? |