Sin dudas toda una generacion argentina ha sido marcada por el mismo programa televisivo: el extenso ciclo de CHIQUITITAS.
Eramos especialmente las nenas quienes bailabamos frente al espejo e imitabamos los pasos de nuestros idolos de la infancia, permaneciamos inmutables frente al televisor de lunes a viernes en la hora mas esperada de la semana y soñabamos con casarnos con los mini galanes, sin embargo por parte de los varones, quienes rechazaban totalmente la historia del rincon de luz, habia tambien un cierto fanatismo disimulado y con la excusa de olvidar la tele prendida desde de Cebollitas (que ese si era bien de machos) miraban atontados como nosotras todos los capitulos.
Mi admiracion por los chufos y chufas fue un conflicto eterno con mi mama: recuerdo que, mientras ella se empeñaba el hacerme leer a Maria Elena Walsh y a Elsa Bornemann, yo reclamaba encaprichada las revistas chiquititas que la bruja me negaba horrorizada y debia conseguir por medio de mi abuela Cuca, quien despues por malcriarme soportaba los sermones de mi madre que no podia permitir que me brinden semejante porqueria. Eran larguisimas las discusiones frente a los Kioscos: -Daaaale, ma!!! que quiero leer la nota de las chiquititas en Disney!!!- y ante los insensibles NO yo caminaba en silencio deseando con fuerzas haber nacido huerfana, seguramente seria mas feliz en un hogar de niños con uniformes y ventanita de los sueños, que en mi aburrida casa normal con padres que no me querian, sin lugares secretos ni escaleras con toboganes.
Jamas voy a olvidar aquel que prometia ser el mejor dia de toda mi vida: en radio power anunciaban que nada mas ni nada menos que el elenco de Chiquititas habia elegido las playas de Carilo para grabar su video clip y que necesitaban extras que no tenian mas que vestirse de blanco para acompañarlos en el dia de grabacion. Esta vez mama se flexibilizo y luego de advertirme probables desilusiones y de protestar lo suficiente contra la idea, me dejo ir.
A penas obtuve el permiso revolvi el placard, seleccione las prendas para el dia siguiente y di vueltas en la cama hasta dormirme, fantaseando con mi jornada con los chufos y la idea de que, quien te dice, yo actue taaan bien que maraville a los presentes y me lleven con ellos.
Me desperte tempranisimo al dia anterior y parti junto a mi familia y Sofi quien aun era muy chiquita para convertirse en actriz como yo pero compartia mis nervios y ansiedad a esperar a los chufos en el centro de Carilo como solicitaban en la radio. Por supuesto, las estrellas aparecieron horas despues de lo pactado, pero muertisima de frio (pues no tenia buzos blancos y no se aceptaba de ninguna manera abrigarse con otro color), hambrienta y con papeles y lapicera en mano (para los autografos, claro) segui esperando a pesar de los amagues de mi padre de dejarme sola en el medio del centro porque chiquititas de mierda quienes se creen que son.
Horas despues estabamos todos en la playa, nosotros, los muchos pinamarenses nerviosos y vestidos de blanco, y ellos, LOS CHUFOS Y LAS CHUFAS EN VIVO Y EN DIRECTO.
Como mama predijo, no nos dieron ni bola. Enseguida nos encargaron a los extras que caminemos y corramos como unos pelotudos y levantemos las manos imaginando que Belen esta en el cielo mientras los actores verdaderos grababan lejos.
Nadie me descubrio, pese a que sonrei a cada persona mayor que se me cruzo por el camino y mantuve fija la mirada en mis idolos para que noten que yo sin dudas debia estar en television junto a ellos, nada me faltaba para ser una chufa mas y hasta me sabia de memoria todas sus coreografias. Consegui solo pocos autografos, ya que ellos no tenian tiempo para los histeriqueos del publico y hasta los muy hijos de puta de los directores nos rogaron que no los acosemos (como se atreven????). Encima, Roña no se enamoro de mi, creo que ni siquiera noto a la pendeja que lo observaba feliz esperando el flechazo de su parte. Volvi a casa cuando ya habia oscurecido con una decepcion disimulada por orgullo ante mis padres y el intento de auto convencerme de que al fin y al cabo, habia conocido en persona a mis admirados chufos y eso no era cosa de todos los dias...
Y como estas, miles de anecdotas e historias sobre mi programa preferido que por falta de espacio y para no cansarlos demasiado no voy a escribir... ademas de que son parte de ¡¡7 años!!. |