Una mariposa nieva sus pedazos
dentro de un caldero gigante
relleno de tornillos, humo
y mil segundos nombres
El restallar de un látigo se acoraza de agujas,
apuñala la inercia
en un callejón oscuro de mi barrio
y manda al caldero a sentarse a la mesa de un bar
lo viste de alambres de púas
le sirve un plato de carne
de Bambi
le encaja un zarpazo a la Luna
a su estúpida sonrisa
Se la fuma y sale por entre las cortinas
rumbo a Mar del Plata
y después a Plutón
Viajando en sus cigarrillos
y en las calesitas de otros.
Texto agregado el 11-12-2004, y leído por 75
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
11-12-2004
Extraño... pero bueno. newton
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