Controlabas mis venas. Te fuiste.
Hoy miro los libros sin leerlos,
abrazo el violín sin tocarlo,
la sonrisa del piano me aterra
y las campanas de las catedrales
me suenan en extremo estridentes.
Si, me da miedo aceptarlo
pero mi cabeza desato ya sus riendas
y hoy corto mi cuerpo a sabiendas.
ESto es todo cuanto poseo: El café que se enfría en la mesa,
una mirada fija mas al suelo en busca de nada.
Otro vistazo al espejo intentando encontrarme
y un nuevo poema triste sin completar
Pero si vuelves
no comerás de mi otra vez,
no tragaras de mí como ayer.
No sentire de nuevo esas ganas de pudrirme
Para servirte de alimento.
Ya no lo intentaremos. Te negare, lo siento.
Te amo
pero la vida cala igual con tu cuerpo.
En mi se posan aquellas navajas
y se hunden con saña aun si me abrazas.
Me envuelves y tu boca se funde a mí
Pero siento tanto frío.
No es mi culpa ser tan joven,
tan tristemente vacío.
Debi habertelo dicho:
en tu ausencia o contigo
la vida lastima lo mismo.
Texto agregado el 10-12-2004, y leído por 143
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Lectores Opinan
14-12-2004
hey..no me había tomado el trabajo de leer tus textos...de ahora en adelante me tomaré el placer de disfrutarlos....tienes un talento interesante... rafaga