Son rosas sembradas con la misma mano Y una cascada de sol, que divorciaría a la penumbra de mi sombra. Tengo miedo. Un temor como una cárcel Que encarcela a dos pájaros De secretos y amistad. Tengo miedo a desear las rozas, la cascada, la cárcel “si el amor se repartiera sin diferenciar bocas de mejillas mi mano tomaría el mas puro deseo de complacernos”. Pero las frases de amistad Confunden el libro del amor Que tengo miedo a escribir. El abrazo que desea la eternidad Se rompe a si mismo Por un juego de dos extraños conocidos.
Texto agregado el 09-12-2004, y leído por 193 visitantes. (1 voto)