Llegaron como señores
alegando por algo que tenía que ser reclamado,
a enjuiciar cortezas que se preparaban a dejarme
y que sin ser despedidas me pesaron por ingrato

Del cemento; tierra, y de ésta,
que gritaba a llantos libertad,
Maleza llamada progreso.

Ya no más de “oculta pelotas” de niños juguetones,
Ya no más de árbol señor del viento,
Ya no más de pasillos de historia,
Ya no más,
Y de un tiempo ya de mí tampoco habrá más.

Todo no es más que un recuerdo perdido
En suelos que se transformaran en solitarios pasos de vida.

Todo cambia, yo cambio
Yo me marcho a buscar un alma nueva
A proclamar ahora mi propio progreso
Y a lamentarme por dos árboles que nunca dijeron adiós