Inicio / Cuenteros Locales / larsencito / La jefa incompetente
Jaime sabía de sobra que no tenía imaginación para inventar los personajes de sus cuentos, así que los tomaba de la vida real. Su vecino del quinto, el camarero del bar donde desayunaba, el frutero... todos iban pasando a la palestra. Intentó al principio cambiarles por lo menos el nombre, pero esa maniobra en apariencia inofensiva también se convertía en un pequeño desastre ya que el personaje empezaba a alborotarse.
Jaime sabía que en su método había algo fatal como cuando compras un Rolex por diez euros en la calle o como cuando vendes el alma al diablo. De todas formas el desasosiego era momentáneo pues sus cuentos perseveraban en su hostil actitud de permanecer inéditos.
El problema fue el premio. Su hija a escondidas había mandado el cuento “La jefa incompetente” a un concurso de relatos breves y había sido seleccionado. El premio consistía en 300 euros y la publicación en el diario “Adelanto”.
Creo que el título del cuento unida a la ya conocida falta de imaginación de Jaime hace innecesario que describa el cuento.
Por si acaso en el cuento una jefa, Hortensia, déspota y caprichosa fustiga sin criterio a todos sus subordinados. De entre ellos pone especial saña con un tal Jaime al que desea en secreto. Éste trata a su jefa con aparente respeto, pero en el fondo sólo ve en ella y transcribo literalmente “una menopausica separada teñida de pelirroja”.
El diario en el que se publicaba el cuento, para su desgracia, era el que leía su jefa meticulosamente todas las mañanas de ocho treinta a once.
Ya eran las diez y no había pasado nada. Con un poquito de suerte no lo habría leído y estaría a salvo. Entonces sonó el teléfono. Debía presentarse en el despacho de Hortensia inmediatamente. Jaime sabía de sobra lo que significaba “inmediatamente”.
Abrió tembloroso la puerta. Ella sonreía detrás de su impecable mesa y con el periódico en la mano le dijo que no sabía que escribiera, que ella también escribía, que le había encantado el cuento, que qué casualidad que la protagonista se llamara también Hortensia, que tenían que intercambiar sus relatos, que esa noche podrían salir a celebrarlo...
Jaime dejó de escuchar. Solo sonreía, por lo visto sí tenía imaginación.
|
Texto agregado el 09-12-2004, y leído por 352
visitantes. (5 votos)
|
|
|
Lectores Opinan |
|
|
|
|
|
|
11-12-2004 |
|
Jajajajjaja, muy bueno...me gustó mucho yoria |
|
| |
|
|
10-12-2004 |
|
Muy buen texto, sólo puedo decir que me gustó... orlandoteran |
|
| |
|
|
09-12-2004 |
|
Que tendran a veces esos retratos, que, cuanto mas fieles, menos nos reconocemos???. Me gusta, y me reucerda la sublevacion constante a queme someten mis personajes. se han adueñado del salon y se libran duros combates por el control del servicio... elcorinto |
|
| |
|
|
|
|
|
|
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login
|