Mi hermano miró fijamente la vela, como quien quiere absorberla, sus ojos estaban rojos y ni siquiera por eso parpadeaba, todos en algún momento lo miramos como si nada, la única que dijo algo fue la abuela pero como siempre todos obviamos lo que ella decía, fue algo como "muchacho no juegues con candela que te podes quemar", al rato el humo se hizo insoportable, pero yo que estaba en la ducha trate de ignorarlo, no quería salir, quería seguir sintiendo el agua tibia bajar como un riachuelo raudo por mi espalda, deslizar el jabón por mi rostro y sentir el masaje que me propiciaba ese jabón de avena que tanto me gustaba, oí los gritos pero pensé que eran los vecinos, o mi mamá pidiendo alguna cosa para sus labores de bordado, siempre tenia la mala costumbre de llamar a grito tendido, para que al momento de aparecer, ella dijera sin despegar su mirada del tejido, "alcánceme la aguja que se me cayo aquí debajo de la silla" como me enfurecía esa frase, tanto o más como el salir a hacer un mandado cuando una película se esta acabando y al volver ya ha terminado.

Al fin, un cuarto de hora después, cierro la llave sacudo la cabeza para quitarme ese leve dolor de cabeza que me produce el olor a humo, comienzo a secarme mientras me miro al espejo, levanto los brazos como sacando músculo, me comienzo a peinar con los dedos y el olor se hace insoportable ahora me falta el aire y los ojos me lagrimean, caigo desplomado casi como un edificio derrumbado, empiezo a sentir sueño. Es ahí cuando recuerdo que mi hermano miró fijamente la vela, como quien quiere absorberla, sus ojos estaban rojos y ni siquiera por eso parpadeaba........