A veces sólo basta que lo digas,
no con actos, ni con palabras,
tan sólo con una mirada.
A veces sólo basta un te amo,
para olvidarme de aquello que me apremia,
ni un beso, ni un abrazo
pueden igualarse al que
lo digas...
con tus ojos al amanecer,
con tu pelo enredado en mi manos,
en un mar de caricias
encerradas...
Sólo se que de alguna forma te pertenezco,
que estoy unido a ti,
por aquella extraña fuerza
que son tus palabras
o sólo esa,
te amo.