El día pinta mil colores
matices que son redondeados por las nubes
la ciudad se cae a golpes
y se mira en los rostros cansados
de cada extraño que camina sin rumbo...
Las calles se tornan oscuras
y el aire cada vez más gris y pesado
se filtra por las ventanas
que me alejan de ese mundo esquelético
que se apodera de mis pertenencias...
Cada alma tiene un extraño don
de esclavitud abnegada
esposas que dividen las fronteras
de los cuerpos que en este día
se desean...
Un desconocido que mira y se anuncia
queriendo adentrarse en mi reflejo
cerrando una puerta de cemento
que esconde cada palabra
que de sus ojos emite
y que de su pluma advierte...
Los caminos no tienen fin
cuando ellos hablan de ti
porque mi pensamiento vuela
perdiéndose en la amargura de los aires
que trazan los más pésimos artistas
cuando hacen garabatos de mi corazón...
Puedo mirar como se asoman
golpear cada ser que irrumpe en mi vera
dejando al descubierto la sombra de mi alma
que va cambiando de posición
cuando el sol se oculta en el universo
de tu estrella...
Los rumbos van despejándose
abriendo paso a la luz que emites
que bordeas con tus dedos
dejando un hilo de amor en mi centro
que se pierde en la profundidad
del amor que te da mi cuerpo...
Extraes de este oscuro mar
el más hermoso sentimiento
que mi quietud desconsolada te da
por ser guía de mis añoranzas
y de mi nada conservada
cuando las entrañas de mi piel
abren paso a tu amor
y se pierden en tu ser
para intentar hacerse uno contigo
en la hermosa oscuridad
de este ambiente submarino...

Nathalia Rojas Acacio