Cuando leas esta carta ya no estaré a tu lado, ya no te esperaré, no volveré a tener pesadillas estando despierta, no suplicaré a la noche un amanecer ni a ti un beso que seguro regalaste a otros labios. Tus constantes humillaciones lograron hacer de mi amor por ti una mueca de tragicomedia que solo tenia sentido en mi confusa mente. Mil veces te perdone y mil te perdonaría por volver a sentirme amada un solo día, pero ya no soy capaz de perdonarme a mi misma. Me cansé de aceptar tus defectos, de arrastrar mis culpas, de olvidar mis carencias, de añorar tus besos. Me agoté, al justificar un querer que ya no me correspondía. Te preguntaras donde estoy ahora que no pertenezco a ningún lugar y dirás que jamás amaré a nadie como a ti, como mártir sufrirás los recuerdos que no supiste hacer perdurar. Aseguras creyéndolo tú mismo que jamás amaré a nadie como a ti, me dices que tú eres mi amor y yo el tuyo; olvidaste quizás que el amor solo es la consecuencia del amar.
Ahora,¿me hablas de culpas?. Acumulas rencores de años que tu falso corazón nunca supo perdonar. La culpa es ese sentimiento que te carcome como gusano a manzana podrida, eso que ha hecho de ti una parodia de hombre. Pesada carga te ha caído sobre los hombros, tendrás que aprender a llevarla pues yo no volveré para arrastrarla. Tu culpa es la resaca de los errores que azota con furia la orilla de la conciencia recordándote todo aquello que hiciste o dejaste de hacer. El arrepentimiento despierta la culpa y la culpa asusta el alma que no encuentra descanso, sosiego ni consuelo. El arrepentimiento, la culpa, el dolor es parte del equipaje.
Me he llevado demasiado tiempo en el andén, llego la hora de subir al tren, el viaje continua sin tu compañía me he dado cuenta de que había quien me esperaba, me he dado cuenta de que jamás estuve tan sola como cuando respiraba a tu lado.
Al asomarme a la ventana veo escenas dignas de estar colgadas en los mejores museos y te sorprenderás cuando sepas que formo parte de ellas, en algunas soy la protagonista, en otras el relleno, en otras las sombras y en algunas incluso el artista.
Mira lo que nos perdimos por no saber o no querer encauzar nuestro amor porque querernos nos quisimos, no lo dudes, pero eso solo basta en las películas.
Vivo y lucho cada día por hacer de esta una vida maravillosa, una vida en la que los demás forman parte de mi propia felicidad y yo de la de ellos.
Te amó, Lucia.
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