Leo. observo.escribo. o Quizas no en ese orden, pero da igual en eeste minuto. Mi brazo se apoya en una abengalado cojín que lo llevará pronto a encontrarse con hormigas.
Mi otra mano empuja con uñas rojas el lapiz que ahora escribe. Mi mano rasca la cabeza sucia, llena de polvo y cebo para ir a parar luego inevitablemente a mi nariz entrometida esperando encontrar un putrido hedor casi perceptible por mis ojos. No lo encuentran. Aún no ha llegado ese día. Por mientras, afirmo mi cabeza en la almohada. Miro el techo. La luz encandila mis retinas. Un pequeño insecto revolotea. Es el mismo de hace un rato. ¿Será el causante de mi picazón?
MALDITO!! me he rascado hasta las uñas y tú tan feliz revoloteando por ahí. Me debes observar con tus 43 ojos, regocijandote, relamiendo tu trompa que pronto sacará un poco más de mi piel. Y me pica. Y me rasco. Ya no es tu culpa pulgoso!. Las sabanas están limpias.
Ha de ser la bendita zabandija esa!!!!!!!