Siento que debo, corazón azul de mi vida, escribirte una líneas que vagamente propicien la intención de expresarte mi amor indescriptible; la rapidez de las circunstancias que rodea nuestro romance veloz y voraz no nos han dejado un momento para aclarar nuestros pensamientos. Es imposible que yo pretenda pensar en frío acerca del amor que bestialmente nos une ahora, quirúrgica es mi intención, y disecado lo quiere ver mi juicio para entenderlo, pero aun así, llevando mi mente hasta sus límites lógicos, no puedo (ni debo) hacer de esta sensación desbordada una mera enumeración de sentimientos... he descubierto que hay profundas huellas inexplicables surcando sangrientas de amor este espíritu mío, y que tu nombre es un latigazo de pasión en mi espalda, el miedo de perderte es la única cosa que me impide entregarte mi vida envuelta en un desprendido paquete de regalo, porque no sabría que hacer con ella una vez que tu cabellera oscura no me arropase del viento solitario que reseca al individuo que hay en mi.
Soy un hombre con un pasado y los dos lo sabemos, pero el sentido de fe que mi amor incuba para ti es profundo y sincero, el tuyo es dulcísimo sabor a dudas, y no hay manera de templar este sentimiento sino en las fraguas del riesgo al cual inexorablemente algún día hemos de someternos, porque no hay forma de comprobar si lo nuestro es verdadero sino apostando una gran suma de felicidad, para que la victoria sea cuantiosa... Lástima si se pierde; porque el castigo es la bancarrota sentimental. Para ti quiero ser cada día mejor, ya que soy un eterno desarrollo, mas en tu nombre y beneficio, soy capaz de ciertas acciones que seguro estoy de ser incapaz de hacer por mi satisfacción individual. Llego de muchos siniestros fracasos a conocerte con una mirada tranquila porque no juzgo a mis nuevas experiencias basándome en las ya pasadas, porque con eso te cargaría de los pecados que aún no has cometido ni sabemos si cometerás, no hay mujer para compararte porque tu eres la mujer de HOY y debo descubrirte como un continente todo los días, explorar tus necesidades y dar nombre a tus requerimientos, así mismo explotar al máximo lo que a bien me brindas...tu amor.
No hay promesas ni juramentos, quiero que sea el tiempo el que diga si te amo o no, que el juez de las circunstancias dé el veredicto aprobatorio de mi sinceridad, solo te pido que tomes y hagas de lo dado una joya, solicito de tu alma el recibimiento y abrazo tierno que me hace falta, de tu tiempo...espacio par mí, y de tus planes un rincón donde mecerme en tu vida. Sé que es mucho, lo sé, pero así es el amor, no puedo hacer más que decirte la verdad y con ella mis muy encumbradas intenciones. Si, porque tengo en el entrecejo gastar la suela de mis planes contigo, remangarme, si es preciso, los pantalones en el río que nos toque sortear y nadar contigo en hombros si aún no has aprendido algunos menesteres acuáticos, ya que el equilibrio es la única fuente imperecedera del amor, y así tu también serás copartícipe de las andanzas y aventuras que nos planteen los agujazos del tiempo. Por último quería decirte que entiendo el cambio profundo dado por nuestras almas al anudarse de la manera que lo hicieron, se han lanzado en oscura y decidida caída libre con la fe del amor a cuestas y la esperanza indisoluble de la confianza y la convicción de un seguro aterrizaje en la tierra de los elegidos...Por estas cosas estoy seguro de amarte y por otras más olvidas gracias a la estreches de pensamiento que me agobia al escribirte estas palabras, ya que tu imagen hermosa y tus cabellos de acero me rasgan el intelecto al pensarte tanto cuando escribo. Te estimo más que a mí mismo. |