Pienso en esa cabellera misteriosa y selvática,
en esos ojos de fiera agazapada,
o la tiara que tienes por boca...
soñando con la blancura de porcelana china
que suaviza tu piel,
en tus manos límpidas y delicadas
y ese firme y recatado cuerpo de sirena clandestina
la magia conmovedora de tus besos,
las ochenta mil formas de decir te quiero...
el tímido calor que bebí en tus labios,
las horas rapantes que se nos escabulleron
como nodrizas enamoradas en el bosque vespertino,
el jugo azul de tu mirada
la graciosa sorpresa de tus conversaciones
la lluvia limpia que saciaba
llenándome de frescuras y sonrisas,
ese lento caminar bajo la sábana del cielo
y la sensación etérea de flotar entre tus miembros,
aquel abrazo mortal y ceñido
fruto de tus ganas y las mías,
catapulta de las ensoñaciones
onda de la alegría,
cantame tus gloriosas estrofas en la boca
reza juntita a mí como una virgen
calzame de tus esperanzas y derrotas
llename de paz y de tu estirpe
luminosa.