EL MISTERIO DE LA VIDA

Creación original de

ÓSCAR VALDERRAMA CÁNOVAS









Lo real no tiene lugar a través de las palabras, sino del silencio.

OSHO RAJNEESH (1931-1990)










En un teatro abandonado pernoctan un grupo de jóvenes que


se resguardan de la lluvia. Cada uno de ellos tiene su propia historia que lo ha llevado a vivir rodeado de miseria y ocultándose de la realidad de un sistema capitalista que te obliga a trabajar, producir, y consumir; y creándote necesidades ficticias con productos idiotas que te obligan a consumir sin cesar.

Estas criaturas no encajan y van huyendo, pero no tardarán mucho en ser descubiertos. El castigo puede ser muy cruel, ya que nadie puede nadar contracorriente sin ahogarse de inmediato.

Esta es una historia irreal sobre la auténtica realidad, que a su vez nunca se ve porque a veces nos damos cuenta de lo invisibles que resultan nuestras vidas. El misterio de la vida son nuestras propias muertes.






SECUENCIA 1. INT. TEATRO. NOCHE.




Un teatro abandonado y sucio lleno de colchones en el suelo donde vemos a varios jóvenes pernoctando encima de ellos. A su alrededor hay más de quince muchachos y muchachas sin hogar. Innumerables planos detalle del lugar: cervezas vacías, latas de coca cola utilizadas como ceniceros, periódicos amontonados, y un largo etcétera de detalles para definirnos la pesada dejadez social de estos jóvenes hastiados de la vida y de su sistema inexorable de normas y valores inútiles. Nuestros dos jóvenes protagonistas inician(tumbados y fumando un porro)el diálogo.


JONÁS -¿Conoces la historia de la Perfecta Mujer Imperfecta?.

DURÁN –Es aquella que trata de una esposa de un alto ejecutivo de ventas de una Multinacional que lo mata cuando se entera que ha suscrito una póliza de vida por veinte millones y ...

JONÁS - ... y el amor es tan vacío que el dinero lo llena.

DURÁN – Se llamaba Pepita Rivas, la típica chica guapa que quería ser modelo, actriz, y azafata de vuelo...

JONÁS – Rubia teñida con estupendas medidas y unos bonitos labios carnosos...

DURÁN -¡Eso mismo!,unos labios que realizaban las mejores mamadas de la Costa Ibicenca.

-voice -over- ruido de olas del mar

JONÁS – Allí se conocieron Pepita y Santi Ruiz, un alto y próspero ejecutivo de cuentas de una multinacional aseguradora responsable de los seguros de casi todos los rodajes de las productoras cinematográficas españolas.

DURÁN – Santi estaba preparando el rodaje de un thriller de suspense sobre un matrimonio de ricachones asesinados en su yate, por supuesto basado en un hecho real.

JONÁS – Los actores eran extranjeros, y el rodaje en inglés...

DURÁN – ...aunque participaban actores de casa y algún que otro técnico nacional.

JONÁS – Santi y Pepita se conocieron en la fiesta de inicio de rodaje.

DURÁN – Pepita trabajaba de figuración...

JONÁS -...pero tenía una frase muy significativa.

DURÁN – Se enamoraron y se fueron a Madrid para casarse a los tres meses y medio de relación.

JONÁS – La típica mujer bella predestinada al matrimonio como salida a una vida absurda y miserable.

DURÁN – Ella no estaba enamorada, pero tampoco le tenía asco.

(voice-over-ruido de cadena de retrete)

JONÁS – Santi era un cincuentón que se conservaba bien gracias a largas sesiones de rayos UVA y de gimnasio.

DURÁN – Se teñía las canas y vestía trajes de Zegna.

JONÁS – Corbatas Hermés, zapatos Sebago, colonia Loewe,...

DURÁN - ...abrigo Cerruti, camisas Ralph Lauren, reloj Tag,...


JONÁS - ... y un buen coche deportivo.


DURÁN - ¡Oye Jonás!.


JONÁS – Dime Durán, ¿por qué interrumpes la historia?.


DURÁN – Tengo miedo.


JONÁS -¿A qué tienes miedo?.


DURÁN – A dejar de creer en la realidad, a no encontrar trabajo, a seguir viviendo así. ¿Hasta cuándo vamos a ir contra el sistema?.

JONÁS – Hasta que dejemos de pasarlo bien.

DURÁN - ¡Miseria, mucha miseria, toneladas de mierda!.

JONÁS – Hay cosas afuera, muchas cosas que valen la pena, pero su precio...(silencio) ...su precio es elevado. ¿Cuánto estás dispuesto a pagar por dejar de ser libre?.

DURÁN – Mira a tu alrededor, dime qué ves.

JONÁS – Gente que se mira, almas que han vagado por el mundo, y que ahora sólo quieren dormir. Relajarse y ...

DURÁN - ...ocultarse porque tienen miedo al fracaso. El mundo es como una lata de aceitunas donde sólo caben las que mejor aspecto tienen, y a todas les han quitado el hueso para rellenarlas de anchoas del cantábrico.

JONÁS – Pero hay otras marcas que son con hueso y...

DURÁN -...otras a granel.

JONÁS - ¿Somos reales?.

-cut-

DURÁN - ¿Cómo puede vivir el ser humano con la única preocupación de no quedarse sin trabajo, sin casa, sin coche?.

JONÁS – Los tres pilares de la muerte, las tres razones de la vida.

-cut-

DURÁN – Escucha el silencio de un teatro, escucha tu respiración, contempla tu cuerpo, y dime lo que estás mirando.

-cut-

JONÁS arranca a llorar, mientras DURÁN lo mira con lástima y aproximación.

JONÁS – Lo veo todo confuso, como borroso, no es real pero duele; lo falso duele más que cualquier pizca de verdad.

Larga panorámica de la escena mientras la cámara se va alejando hasta cambiar de personajes.




SECUENCIA 2. INT. TEATRO. NOCHE.


Una pareja de adolescentes acaramelados se besan desaforadamente mientras se acarician el cuerpo sobre sus sacos de dormir. Son guapos andrajosos sin hogar y llenos de piersings y tatuajes. Se miran mucho, se sienten el uno al otro; es una escena impregnada de realidad humana; rebosante de sensualidad, se puede respirar a su ritmo. La cámara da vueltas en un perfecto travelling circular.

(-voice-over-ruido de latidos)

La chica se aparta, mira al chico mientras le coloca el pelo detrás de la oreja.

-cut-

VERÓNICA – Daniel, tengo que decirte algo importante.

DANI - ¡Dispara!.

(-voice-over-ruido efecto de disparo)

VERÓNICA - ¿Qué pasa?.

DANI - ¿Eh?

VERÓNICA - ¿Qué pasa con todo, con nuestras vidas?.

DANI –Estamos aquí, nos queremos nos besamos, y otro día más haremos el amor.

VERÓNICA-(Ligeramente afligida)¡Sí, pero cómo!, es demasiado poco, quiero más. Nos pasamos los días rodeados de miseria, de basura, esquivando a la policía, combatiendo por algo que no existe; y hablamos mucho sin decir nada, y es así como somos los jóvenes, palabras vacías y silencio en el ruido. Soledad, desierto, empujones, alboroto; y corremos muy deprisa, como el viento que pasa y nos preguntamos el porqué de todo, y, seguramente sólo sea viento, el viento que pasa por delante de nuestras vidas; y lo hacemos todo difícil porque nos negamos a seguir el rumbo, el curso natural de la corrupción biológica; la manipulación quiere atraparnos, y es cómo en una de esas películas de ciencia-ficción donde todos son extraterrestres.

DANI – Estamos bien. Respira y no pienses.

VERÓNICA – Eso es lo malo, que ya no pienso, o pienso que no debería pensar en nada, y dejar las cosas como están; pero al menos cambiar en mi íntimo universo interior, dónde sólo estoy yo, sentada, haciendo el amor, sintiéndome libre, como superior al resto; pero lo tengo asimilado, soy uno más de ese rebaño que contamina, que destruye. (Pausa larguísima y miradas)

Recuerdo a mi madre llorando, sí, fue una noche en la comisaría. Me vino a buscar porque había quemado un buzón. No sé porque lo hice, ese buzón no hacia daño a nadie, era por mí, por mi ego, para salvar mi vida.

(Silencio y miradas)

Toni vino a buscarme con unos colegas, estuvimos toda la tarde fumando hachís y bebiendo cerveza en una nave okupada. Estaba mareada(arranca el llanto y se seca con las manos sin taparse la cara), no sé en ese momento me parecía todo bien, navegaba con mi espíritu de protesta, sin rumbo, sin destino; porque sí, porque así lo quería, lo exigía mi cuerpo.

(Silencio y más miradas)

El barro estaba moldeable, muy húmedo, recuerdo que me caí, me llené de él; y eso fue al salir del local, en el parque; empezó a llover en cuestión de segundos, así es todo en la vida, empieza la acción y acaba en segundos; tan sólo segundos. Bajábamos todos por la calle, y allí se hospedaba ese buzón al que solía acudir para enviar mis cartas de amor de niña quinceañera; ya sabes los amores de verano, de esa playa a la que nunca más vuelves; luego te quedas seca, vacía otra vez; y así debe ser, y tus padres te lo hacen sentir así.

Y estudias para aprobar, sin ganas de saber, pero debes hacerlo porque quieren formar a una mujercita bien vista socialmente, digna de admiración y respeto.




SECUENCIA 3. INT. TEATRO. NOCHE




JONÁS y DURÁN siguen charlando sin dejar de quemar hachís.


JONÁS – Pepita y Santi viven tranquilamente en un enorme piso de cuatrocientos metros cuadrados, la decoración es exquisita y sobretodo abundan los motivos étnicos: lanzas, máscaras, y escudos. No tienen demasiados amigos...

DURÁN - ...lo que hace que todo sea más misterioso, sin ataduras, sin ni un puto entrometido que moleste en la desaparición de Santi.

JONÁS – Y se lo carga en la ducha con el secador.

DURÁN - ¡Qué va!, eso está demasiado visto. Nuevas formulas, nuevas ideas, más ritmo...

JONÁS -...más enigmático.

DURÁN -¡Eso es, ya lo tengo!, Pepita es una fanática de las novelas de misterio y planea que Santi se mate a él mismo.

JONÁS - ¡Eh, qué coño estás diciendo tío, se te va la cabeza!.

DURÁN – Sí tío, el envenenamiento es la clave. Santi se come un yogurt empapado en un mortal veneno que prepara un amigo químico de Pepita...

JONÁS - ...¡no tío!, hemos dicho sin amigos.

DURÁN - ¡Cierto!, entonces nos inventamos un pasado en el que Pepita se especializó en la fabricación de potentes venenos.

JONÁS – Su padre tenía una droguería, y aprendió desde pequeña la fórmula de un increíble raticida.

(-Voice-over-ruido de trueno)

DURÁN – No me gusta, esta historia no es vendible. Tengo miedo.

JONÁS - ¿Y ahora qué pasa?.

DURÁN – He oído un trueno, seguro que hay tormenta.

JONÁS – No puede tronar en pleno mes de julio.

DURÁN – El tiempo se ha vuelto completamente loco, y recuerda que este año vimos nevar en mayo.

JONÁS – Volvemos a empezar con la historia. Pepita y Santi viven en pleno centro de Madrid, en un estupendo apartamento de cuatrocientos metros cuadrados.

DURÁN – Entonces no es un apartamento, es un pisazo.

JONÁS –(Mosqueado) ¡Otra vez interrumpiendo!, ¿a ti qué te pasa?.

DURÁN – Tengo miedo.

JONÁS –(Gritando) ¿De qué?.

DURÁN – De las personas, de la multitud, de qué sé yo, de todo en general.

JONÁS – No nos va a pasar nada malo, estamos bien aquí.

DURÁN – He oído un trueno.

JONÁS – Eso fue antes, no seas loco, ya ha pasado.

DURÁN – Lo he oído.

(-voice-over-ruido de un trueno)

DURÁN - ¿Lo oyes?, es verdad. Ha sido un cacho de trueno de la ostia.

-cut-

JONÁS - ¿Y qué pasa con la historia?.


DURÁN – Mírate y escribe tu propia historia, no recurras a una mujer que ni siquiera conoces. Pepita no existe, y Santi seguramente que tampoco. Tengo frío, hambre, sequedad en la boca, y miedo, mucho miedo.

-cut-

JONÁS - Érase una vez un niño que vivía súper protegido por su madre. Creció sin problemas hasta que llegó a una edad en la que descubrió porqué su padre nunca había estado a su lado. Resulta que tenía un padre alcohólico que se emborrachaba día tras día para propinar largas palizas a su madre. A medida que fue creciendo no pudo evitar el problema, y con quince años recibió su primera paliza. Una noche su padre lo encerró en el lavabo amenazándole con quemar la casa con él dentro. Cada día era peor que el anterior, el niño lloraba, sufría, no aguantaba más. Su madre se hacía cada vez más vieja y no podía protegerlo de igual manera.

(JONÁS arranca a llorar, pero sigue explicando el trauma)

Pero un día en el colegio este niño conoció a otro llamado Durán; el chico tenía un apellido como nombre, cosa que le inquietó muchísimo. Durán le dio amistad y compañía, y los dos hicieron un pacto de amistad enorme.

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JONÁS – Del nido al nicho, esa era su promesa vitalicia.

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JONÁS – Los dos hicieron todo juntos procesándose cada día más amor en su perfecta amistad.

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Durán se enciende un cigarrillo. Sus ojos son de lo más expresivos.

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Durán bosteza.