| -Hay que superar la riqueza, es necesario y
 salvar las mentes tristemente deformadas
 de los hijos de los hijos de esos
 desdichados indolentes que por milenios
 han despojado a los más débiles de sus posesiones
 se adueñaron de las cavernas, de los feudos,
 de la rueda, de los ríos y de los nombres
 y ahora son amos de los rascacielos, templos de potestad
 en donde reina la triste miseria de los aristócratas.
 
 -Hay que liberar a los ricos de su enraizada pobreza
 darles alas para que vuelvan a sus orígenes
 cuando la tierra era dominada por los tiranosaurios
 los verdaderos acaudalados de este planeta
 los antediluvianos cresos de un planeta en formación
 los aristócratas pulverizados por el edicto de los cielos.
 
 Pobres ricos que en su miseria, transan en la árida bolsa
 sus dilemas, esclavos de papeles y metales, sus dioses etéreos
 que los acongojan desde los templos codificados,
 hay que liberar a los millonarios, nadie se preocupa de ellos
 amargados seres encastillados en sus fortalezas proletarias
 entendiéndose por proletario al obrero consumado
 que en sus arcas doradas amasa fortunas con denuedo
 la vida se les va en ese afán y ya cadáveres, cual tiranosaurios
 lucen sus huesos fosilizados y sus apellidos rimbombantes.
 
 Debemos hacer algo por ellos, nadie toma las riendas
 para encaminarlos por el ojo de la ojiva, es palabra viva
 que franqueada esta puerta serán salvos aunque para ello
 haya que descuartizarlos y trozarlos, menudo entuerto
 ya que los ricos no tienen quien les auxilie, pues los derechos
 son asunto de los pobres que defienden ese estandarte con fiereza
 y la experiencia dice que no cejarán en tomarse los pórticos
 de la justicia que los ampara y los mantiene vigilantes, aristócratas
 expertos en querellas e invocaciones, amos de las pancartas
 y señores de las protestas, ninguno de ellos ha levantado un dedo
 por esos miserables ricos que tienen mucho que comer y nada que decir.
 
 Nadie piensa en los hijos de esos potentados que mañana serán
 los gerentes de su infortunio, los dioses terrenales establecidos en
 sus palacios de hierro y vidrio, capataces del desasosiego, sucesión
 milenaria de enfebrecido poderío, catacumbas profilácticas serán
 los refugios en donde implorarán perdón a otros potentados
 tan cresos y tan desdichados como ellos…
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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