Eran las 7 de la tarde, había sido un día normal en la escuela, muchos trabajos. Distraído, como siempre, volvía, no me di cuenta cuándo fue el momento en el que me introdujeron en el mismísimo infierno, esa mano fría en la espalda me decía lo que me iba a pasar, me arrepentí profundamente no haberme subido al colectivo. Tuve que entrar al “Transporte Escolar” estaba demasiado oscuro, me vendaron los ojos y me ataron las manos. Voces y voces retumbaban en mi cabeza, reconocí por lo menos 6, ningún idioma en particular. Pareció una eternidad, tenía una extraña y a la vez increíble sensación de que el tiempo me había abandonado, ni siquiera sabía en qué posición estaba, todo muy oscuro, sin norte ni sur.
- Llegamos, pibe - me dijo. – Portate bien.
- Wake up, wake up - Abrí los ojos, no podía ver
Cuando puse un pie sobre la tierra sentí que me congelaba, demasiado frío para ser San Juan. De repente un hilo de luz empezó a molestar mis ojos, por suerte pude ver una sombra y la esquivé, no del todo, sentí cómo se congelaba ese segmento de sangre que fue cubriendo poco a poco las vendas, insoportable, se reían a carcajadas.
- Stop, stop- Tuve una increíble sensación de alivio.
- You can’t kill’im- En ese momento el sol golpeó contra mis debilitadas pupilas.
Al fin me encontré cara a cara con mi futuro verdugo, pensé. Era enormemente enano, esos finos pelos blancos y la barba mal afeitada me hacían acordar a esas horribles horas que viví en esa casa casi destruida por los años, esa casa.
- Acordate que te tratamos bien - un asqueroso olor se le desprendía de la boca.
- No me obligues a producir algo que parezca un accidente, entendido pibe - Esos mismos rasgos, los mismos rasgos.
- Por supuesto ...
- Are you joking me? I don’t understand you. - Esa pesada mano se abalanzaba sobre mi cara. Maldita inercia.
Otra vez desorientado en ese temeroso lugar oscuro, pero esta vez era diferente. Pude divisar un rayo de luz, demasiado lejano para mi gusto. Empecé a caminar , preferí mover mis rodillas a que se quedaran así para siempre. Tuve la sensación de que era una broma de mal gusto. Caminaba por un tiempo, imposible saber cuanto, y de repente esta se trasladaba hacia mis espaldas, siempre era así. Conté los pasos, eran 30 y después cambiaba de lugar , alguien jugaba con migo. Recorrí 29 y di un salto, mala elección, volví a encontrarme con él, en ese momento quería despertar de esa fea pesadilla, quería ir a la escuela, seguir el curso normal de mi vida. Me apuntaba con algo, sentí un disparo. Una bala se dirigía hacia mí a una velocidad anormal, la sentía.
Esta vez ese rayo de luz me apuntaba por primera vez, me incandilaba, costaba ver, otra vez todo negro. No podía moverme, estaba atado, ¿atado a que? Atado al tiempo, a la oscuridad, todo muy confuso, me reventaba la cabeza. Dos proyectiles se dirigían hacia mi cabeza desde direcciones opuestas, cabeza o head, según al lado que le prestara atención. La luz me seguía iluminando, no podía moverme, ellas estaban a la misma distancia y se dirigían lentamente hacia mi.
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