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Inicio / Cuenteros Locales / mi_mundo_paralelo_y_yo / Con la casa a cuestas

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Paquito estaba jugando con su pelota cuando escuchó junto a sí “ehhhh, ten cuidado que me pisas” miró hacia todos los lados, pero no vio absolutamente nada -hey, es aquí abajo, no todos somos tan grandes como tú- cuando el niño miró hacia el lugar de donde provenía la vocecita se encontró con un caracol, un caracol bien grande, con la concha marrón muy alta y un cuerpecillo fino y alargado que salía de la misma.

-Pero si tú eres un caracol ¿qué haces hablando? Mamá dice que los animales no hacen esas cosas- dijo poniéndose en cuchillas frente a él –oye ¿qué es eso que llevas en la espalda?-. -Chiquillo, tú no te enteras de ná, en primer lugar, debo decirte que a los adultos aunque se les debe escuchar hay que concederles un margen de duda y, en segundo lugar, esto que ves es mi casa, aquí llevo todo lo que necesito: cocina, tele, cuarto de baño, etc…todo en uno- dijo muy serio.

-¡No me digas que llevas la casa a cuestas! ¿por qué?- exclamó el pequeño muy interesado –Verás cuando no tienes casa, cuando no perteneces a ningún sitio y siempre te has visto obligado a cambiar de hogar para poder sobrevivir, para poder comer, te acostumbras a llevar lo poco que posees encima; mi casa es esto porque ninguna otra cosa más tengo; de aquí a mañana planeo llegar a aquella zona, la de las altas hierbas que están junto al kiosco de chucherías, esas tan verdes; con suerte allí viviré bien, estoy cansado de no pertenecer a ningún sitio, de que todos me miren mal porque piensan que vengo a quitarles lo suyo, yo creo que tengo el mismo derecho que ellos, sólo quiero vivir, tener lo suficiente para comer y ser feliz, pero es duro el ir siempre sin rumbo buscando lo que te sacia momentáneamente- el caracol cabizbajo parecía ver algo muy distinto a lo que Paquito era capaz de apreciar en aquellos hierbajos.

-Y ahora, peque, sigo mi camino, sabes que los caracoles somos lentos, lentísimos, pero no por lo que todos piensan, sino porque nos gusta pararnos cada poquito tiempo a contemplar el paisaje…en fin, lo dicho, me marcho; si tienes tiempo un día podrías venir a verme a mi nuevo hogar, he oído que en verano se está de lujo allí- dicho esto, giró sobre sus babas ya secas y emprendió lenta, lentísimamente su marcha hacia lo que según él lo veía, habría de ser su paraíso soñado.

Paquito se fue pegando saltos a casa y cuando llegó era ya tan tarde que se baño, cenó y acostó para poder levantarse temprano pues tenía que ir al cole al día siguiente. -¡Paquito, vas a llegar tarde!- gritaron. ¡El tiempo pasa tan deprisa cuando uno hace lo que quiere! El pequeño bajó atropelladamente las escaleras, se montó en el coche de un salto y cuando bajaba la ventanilla centró su mirada en el carril derecho de la gris carretera en donde se veía un bulto. El bulto, conforme el vehículo fue avanzando, se contorneó con una gran forma ovalada y restos líquidos alrededor ¡qué horror, aquello era…oh, no, aquello era el caracol!

-Mamá, mamá ¿recuerdas…el caracol del que te hablé anoche? Está muerto, mamá, no ha…no ha llegado a las hierbas…- el pequeño tenía la cara completamente desencajada e impotente forcejeaba para escabullirse del cinturón de seguridad.

-Hijo, estate quieto, comprende que unos llegan y otros se quedan en el camino, ya no puedes ayudar a ese caracol, pero piensa en la ayuda que puedes prestarle al próximo que encuentres y alégrate porque al menos ese caracol tuve la fuerza de buscar lo que quería- dicho esto el vehículo dobló en la primera curva para difuminarse con las ramas de los arbustos.

Texto agregado el 03-12-2004, y leído por 499 visitantes. (19 votos)


Lectores Opinan
21-06-2005 que triste ver la vida desde un caracol, pero una excelente enseñanza corazonpartio
06-05-2005 Glups! Pobre caracol... Pero bueno, al menos pasará a la posteridad por este magnífico cuento. Me encantó eso de "giró sobre sus babas ya secas", hay que pensar como un caracol para escribir algo así! Felicidadesssss!! jau
20-02-2005 Duro golpe para el niño, qué fuertes lecciones nos da la vida. Pero sólo aquellas que se graban desde la emoción son las que templan. Me gustó mucho tu cuento. Un abrazo* NEUS_de_juan
18-02-2005 Parece un cuento para niños.... pero sospecho que cuando lo escribiste estabas pensando en nosotros, los mayores. Quien, como yo, tenga la fortuna de leerlo, seguramente, a partir de ahora, respetará mucho más a los caracoles..., a todos ellos. Enhorabuena, akim
15-02-2005 Bien, pero que muy bien por este texto tuyo. A mi, la literatura infantil me parece la más difícil del mundo,y veo que es un género que manejas super... El tono didáctico y la metáfora final, con tanta, como te diré dulzura, hacen que leerlo sea una delicia... Mis estrellas...5* tobegio
03-02-2005 Muy bueno este, realmente no hace falta ser caracol para sentirse como este pequeño personaje, ¿verdad? bueno, me encantan las personalidades que les das a tus personajes, de verdad, nada mejor que café u una ración de angela mañanera pq empezar bien el dia pokara
20-01-2005 "sólo quiero vivir, tener lo suficiente para comer y ser feliz"... tus personajes son siempre tan humanos... genial.. Sidd
08-01-2005 Extraordinaria imaginacion y ternura; un relato llevado adelante con la suficiencia de una profesional, que es una cruel metáfora de las actuales relaciones entre los hombres. Solamente tengo cinco estrellitas para tu cielo, disculpame. juanromero
30-12-2004 Es FENOMENAL.***** caselo
22-12-2004 INTENSOOOO no se me dejas con una sensación rara..ufffff me gusta tu estilo....con que maestria mostras las cosas importantes de la vida..saludos! Maite
17-12-2004 Siempre igual, se entra aquí y hay tanta dulzura, tanta imaginación suelta que parecería uno estar cruzando un mundo de fantasías. Paralelito, realmente tienes aún mucho de ese mundo pekeñito dentro tuyo ojalá nunca lo pierdas del todo, pues así cuando tengas caracolitas podrás hablar de igual a igual con ellas y eso en este mundo de "padres serios y ocupados en cosas de grandes" es lo que mas hace falta hoy a los hijos para que no existan caracoles perdidos o pisados sobre el asfalto frío con alma de niños. Un besote muy fuerte. Y las estrellitas todas juntitas. carloel22
15-12-2004 siempre me he preguntado qué fumas para imaginar tales cosas... guasarapo
15-12-2004 Un cuento tierno como un brote de bambú. Debería ser obligatorio su lectura en todos los colegios del mundo y en algunas comisarías de policía. Mis 5*. larsencito
11-12-2004 vRiYanTe kE eREz. sTe s vRiYanTe kOmO lOz oTrOz kE tIeNeZ. mIz sInKo sTrEyAz. SkAbRoNa
10-12-2004 5 estrellas!!!! orlandoteran
10-12-2004 Como todos los cuentos tuyos. Llenos de imaginacion y metaforas. Un abrazo Me gustó franlend
09-12-2004 tus cuentos siempre hermosos, deambulas por el camino mágico de las metáforas y analogías. Un abrazo lleno de estrellas anemona
06-12-2004 bello, muy bello, tu mundo, ese paralelo me llena de esa cosa que hace falta siempre, la ternura, profundo tu cuento, otro qu ele entregaré a la hija y un dia deestos te enviare un pequeño regalito, mas bien de unos pequeños niñas. curiche
04-12-2004 joé, me has roto el corazón joía... barrasus
04-12-2004 muy bueno, te felicito inesita34
04-12-2004 Hala, esto son parábolas, lo demás son tonterías; un vademecum de crítica social y filosofía. La ética hecha estética. Has sido muy dura con el caracol, pero supongo que tenía que ser así. Un besote. nomecreona
04-12-2004 que bonito, me dio mucha risa cuando el caracol dice que tiene cocina y tele en su casa. me encanto toomesi
04-12-2004 me gustó, ideal para leerlos en las escuelas Doctora
 
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