Tu ausencia se me hace vacío,
-el viento me afloja el cuerpo-,
sin poder correr te espero.
Tu ausencia se me hace vacío,
-el coral azul se me enreda-,
mientras nado hacia tu vera.
Tu ausencia se me hace vacío
mientras mis palabras estallan
-la mirada hace profunda huella-,
mientras me sacas el hálito agrio
-con silencios pronunciados-,
mientras recorres calles pululantes
-bailando al son de sonajeros-.
Por momentos la tinta se para
-tinta del calamar, tinta de mis dedos-
y se pone a recordar el debate
-zarcillo de mis orejas colgante-.
No me salen esos tremendos pases
-manoletinas volantes-,
ni puedo juntar los dedos y hacerlos sonreír
-ellos en mordaz mueca se revelan-.
Son autónomos, autosuficientes,
nada quieren, nada deben,
nacieron por nacer al abrigo de un latir-
-profundo latido sordo y agarrado-.
En su caminar caótico esquivan el dolor
-pena sangrante que los persigue-
chulean a cuanto hay alrededor
y pasan de medias verdades
o de mentiras a medias
-que aun no distinguen ni unas ni otras-.
Besan
-en el sueño profundo-
la vuelta revuelta,
el gimoteo fácil y la duda dura.
Se creen señores labrados y barrocos
y solo tienen el giro dorado
de una pluma loca arrancada a la pared
-mis dedos fantasean serlo:
instrumento de escritura, de sueño-
Tu ausencia se me hace vacío
echando de menos tu calor
tu beso, tu abrazo.....
Mis dedos te llaman a borbotones
-ebullición que no entiende,
solo se dejan llevar por el sentir-,
conservan tu nombre entre las uñas rojas,
escriben sin sentido regurgitando recuerdos
-los comieron sin saber,
se los lanzaste y cayeron en mi boca abierta
y ahora no los pueden digerir,
me sobrepasan, ¡demasiado amor!-.
Tu ausencia se me hace vacío
y delirio
-y pasión-,
y deseo
-y arrebato-,
y locura
-y ¡¡amor.......
|