Ella me dijo que primero me callara y en eso tenia razón.
Después se saco la remera de a poco y todo empezó vibrar.
Fue mi turno y también me la saque pero el que vibraba era yo.
Me miro con ojos de gato y toco mi entrepierna
Yo intente lo mismo pero me saco de allí.
(Tenía tanto control, yo era tan dócil)
Empezó a besarme despacio, todo olía a sexo.
Un milagro para dos
Le saque los anteojos con cuidado (no quería enojarla)
Eso me lo permitió y después estábamos en la cama.
Manos suaves, labios suaves, piernas suaves.
(El mundo es un lugar absurdo pero tiene sus momentos)
Me arriesgue y deslice una mano, tenia tanto por hacer.
La luz de la tv la hacia ver azulada y nadie podía verla como yo.
Todo lo que escuche fue "despacio" y obedecí y palpe y aprendí.
Se deslizo sigilosa y resbaladiza, lo tomo en sus manos y lo llevo a su boca.
Y casi todos en el mundo esperan su momento, su lugar, su canción,
yo estaba ahí, con algo que era mucho más de lo que jamás soñé.
Simplemente tuve que seguirla, supe que podía lograrlo cuando comenzó a jadear.
Me vi subiendo sobre ella, me vi penetrándola, la vi sonriendo, me vi enloquecido.
Jadeos, sudor, furia, placer, todo se fue mezclando y era tan dulce.
Un giro sorpresivo, ella sobre mí y sus pechos perfectos y mis manos voraces.
Y continuar y deslizarse y rozar y volver a empezar y tocar y besar.
Arrojamos todas las botellas sobre la cama, nada pareció cambiar.
Arrojamos todo el vino sobre el velador, nada comenzó a sangrar.
Contra la pared, arrojado contra ella, tape su boca, cerré los ojos.
Y me entregue y se esclavizo a mi instante de inmortalidad.
Y la trate mal (pero en realidad estaba bien), tire de su pelo y su rostro era perfecto.
Nadie dijo ya, se movió solo una vez más y allí abajo, me quito todo lo que me restaba.
Tuve que gritar, tuve que sostenerme, el mundo volvía a ser blindado, casi logro estropearlo.
Y después, cuando todos duermen,
solo fuimos dos en una cama,
fumando en la oscuridad,
a solas con nuestro milagro.
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