El tren marchaba a toda prisa, furioso en todo el camino, quería como destrozar los fuertes rieles de acero que lo sujetaban al suelo y que sin duda alguna lo condenaban a ir al mismo destino de siempre, el cual lo tenía harto de ir y venir. Votaba humo con mucha rabia por donde quiera que iba, era notable su enojo con la vida, se sentía impotente de parar donde en realidad quería, quizás por eso gritaba con toda energía sonando un pito chillón que rompía el tímpano a cualquiera que estuviera cerca.
Sin conocer los sentimientos del rápido tren una niña observaba el hermoso paisaje dentro de uno de sus vagones, y sin intención de molestar a su padre que trataba de leer el diario continuamente le interrumpía la lectura, el padre preocupado por todo lo que leía, no le ponía mucha atención a su pequeña niña, los problemas del mundo y de las sociedades que veía en cada pagina del diario lo preocupaban bastante, pero a pesar de no ponerle atención a su pequeña, esta lo estaba agobiando con tantas preguntas.
Pensó en buscar algo que entretuviera a su hija, de repente vio una revista abandonada en un asiento vacío cerca de él, de inmediato le echó mano para ver de que se trataba, la hojeó varias veces, pero no encontró nada para entretener a su pequeña traviesa.
Al poco tiempo el padre se dio cuenta que la revista era de temas cristianos, mientras la niña seguía preguntando él veía una página que era útil para las misiones que se hacían en el extranjero, había una gran fotografía de la tierra tomada desde un satélite, además, mostraba varias fotografías con escenas de pobreza y gente necesitada sobre diferente zonas del mapa. Cada fotografía parecía representar el infortunio de la gente en esa región del mundo. Al notar cuan detallados eran las fotografías, tuvo una idea:
-¿por qué no te hago un rompecabezas?
Le pregunto a su hija.
-si papi, eso me gustaría mucho.
Respondió emocionada la pequeña.
Su padre buscó las tijeras de su llavero y cortó la página en una variedad de tamaños y formas diferentes. “ahora, tu formas el rompecabezas mientras yo termino de leer las noticias”, dijo el papá pensando que eso le permitiría leer sin ninguna interrupción hasta llegar a su destino.
Efectivamente el padre se enteraba de todas las noticias de la sociedades las cuales eran problemáticas en toda parte del mundo y meditando en lo difícil que era vivir hoy día le susurró a la hija, “que difícil esta el mundo hija”.
La niña le respondió instantáneamente: “ya terminé papi”.
El padre sorprendido observó la página que le había pasado a la niña, estaba pegada perfectamente con la cinta adhesiva que padre le había dado, con todas las partes en perfecto orden, entonces le preguntó:
-¿cómo hiciste eso tan rápido, pequeña?
La niña con gesto de mujercita le respondió:
-recuerda que hay una fotografía de Jesucristo en la parte de atrás de la pagina que me cortaste, así que le di vuelta a todos los pedazos de papel y no trate de organizar al mundo sino de ver frente a mi al Señor Jesucristo, cuando logré ver al Señor frente a frente, el mundo se organizó solo.
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