Inicio / Cuenteros Locales / faor / Al otro lado del espejo
Era un perderdor. Nicolás era un perdedor. Lo podía observar al otro lado del espejo, contemplando con pena su reflejo...
Nicolás no tenía amigos. No era un muchacho de su edad como los demás. Tal vez era por eso que siempre andaba solo. No tenía amigos. Hablaba poco, quizás lo suficiente, pero los otros se burlaban de él. Aunque como él hablaba poco, les decía también poco...
Nicolás no tenía amigos. Lo único que tenía era el cabello lacio y negro. Dos ojos turbios que recordaban a dos gotas de agua sucia. Que estaban pegados a un rostro pálido, misterioso, triste, real, es decir, miserable...
Nicolás no tenía amigos, nadie quería serlo. Ni siquiera yo. Nunca creía poder sentir por él otra cosa que no sea pena. Sus ojos negros me miraron fijamente. Habían miles de heridos dentro, que habían querido salir de aquellos dos mares de agua sucia...
La primera lágrima rodó suavemente por la pálida mejilla del muchacho. Retrocedí asustado. Nicolás retrocedió también. Lo miré. Él me miró desde detrás del espejo. Levanté una mano sobre mi cabeza. Al otro lado del espejo, Nicolás elevó una mano también.
Me volví, sin mirar más. Salí del baño de varones. Sabía que esa misma tarde, Nicolás perdería la vida... |
Texto agregado el 01-12-2004, y leído por 261
visitantes. (2 votos)
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Lectores Opinan |
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22-01-2005 |
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Muy bueno: "Habían miles de heridos dentro, que habían querido salir de aquellos dos mares de agua sucia ...", qué buenas metáforas. Creo que todos hemos visto ojos como esos ... Felicitaciones. saraeliana |
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22-01-2005 |
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la narracion es casi estupenda,el tema no lo es tanto,moraleja,no siempre es conveniente mirarse en el espejo. surenio |
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