Al pasar la imbatible y férrea puerta,
Respire olor de asfixia en cada esquina,
En cada pared. En todas las saturadas
Imágenes, que revivían el castigo vivido
Por los residentes de este lugar de mierda.
Pero yo, solo era un espectador, solo un turista,
de esta vieja cárcel, que ahora como mariposa
muda su piel, saca sus alas y se convierte ávidamente
en cuna de destructores de claustros, vandalos
con ideas y propósitos, con razones y sentimientos,
(artistas).
Cuando me transporte hacia el calabozo,
(el máximo castigo). La luz que volvía
a el aire transparente, repentinamente
desapareció por completa, y me percate
que el aire me acosaba. ¡Es de color negro!,
y como ya lo dije, se vuelve transparente
a la luz. Me envolvía y desgarraba mi mente.
Ahí, solo tu recuerdo iluminaba.
Ahí, ni el fuego daba brillo.
El silencio había mutilado mis sentidos.
La oscuridad comenzaba el carnaval de asfixia.
La soledad convertía tu recuerdo en cáncer.
El tiempo me olvidaba, y me dejaba en pausa.
Para retomarme solo en el momento de mi muerte.
El día, la noche, la luna, el sol, el viento, tus risas,
Explotaban oníricamente dentro del frasco, frasco
De mi mente, frasco de mis ideas, para empañarlo
Con claridad.
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