Rock and Roll en la radio, mientras comía pescado. Frito. Pescado frito comía mientras escuchaba música en la radio. Rock. Rock and Roll.
Luego lo vi. Lo vi y morí. Recuerdo el pescado (frito) y recuerdo la música (Rock and Roll), pero no recuerdo lo que vi. Que curioso. Recuerdo los detalles mas irrelevantes pero no logro recordar lo más destacado, el que ocasionó mi muerte.
Les explico. No tiene sentido que un muerto explique su muerte, pero yo he de hacerlo. Tal vez no esté muerto por mucho tiempo. Debo aprovecharlo.
Estaba sentado, hablando por teléfono mientras esperaba buscar esa página de la que todos hablan, pero mi amigo me la había dado mal. Faltaba una "e", después supe. Después de muerto, pero por ahora no la se. Es que uno asi muerto como estoy lo termina sabiendo todo.
Buscaba la página y miraba la foto de mi polola, esa que guardo en el libro que ella misma me regaló, para el primer mes de pololeo.
Miraba la imagen y pensé: "¿Cómo puedo hacer que el café tenga un mejor sabor?". Tomaba café en ese momento, ¿No lo mencioné?... Bueno. Tomaba café mientras comía pescado frito, buscaba la página y escuchaba ahora rock progresivo en la radio. Uno de esos especiales de música que duran varias horas y son casi todas canciones desconocidas. De repente aparecía una conocida y me ponía a cantar, mientras comía. Creo que eran 10 para las 11 de la noche.
Volví a mirar la foto de mi polola. No era una foto en realidad. La había impreso del computador, tiempo atrás. No tengo fotos reales de ella. O sea, no es una polola virtual ni ninguna tontera así, es solo que las cámaras digitales con lo que se da ahora. Mas fácil. Luego ella me las manda, desde su casa.
Bueno.
Miraba la foto y pensaba. ¿Qué pensaba? ¡Ah si! El café debía tener un mejor sabor. Bueno, pensé en ponerle azucar, pero era justo el azucar lo que le daba aquel mal sabor. Demasiado dulce, pensé. Déjenme recordar, déjenme recordar...
Luego me cansé de buscar la página. Fui a dejar la taza de café a la cocina. Comía puré de papas junto con los fritos de pescado.
Volvía la silla, chatear con un amigo, mi polola, mientras seguía comiendo, despreocupadamente.
Acá sucede... Lo sé. Se puso esa canción en la radio y fui a buscar jugo a la cocina. Recordé la foto de mi polola, y la quise ir a buscar. Volví a mi pieza, me senté y ese es el momento. Ahí lo vi.
Ahora recuerdo.
La foto. Vi la foto. La foto comía uno de mis fritos de pescado. La música sonaba, ahora mas fuerte, la parte mas potente de la canción. La foto comía y yo no podía detenerla. Y no me pude parar de la silla. Era la foto. Luego me miraba directo a los ojos. Todo en el mismo segundo. Ella quería sal. Me morí. No pude dársela. Y ahora muerto me acordé de eso de los indígenas que dicen que las fotos roban el alma. ¡Que cosa mas ridícula!. Jajajajajajajaja |