Estoy como en un estado.. de enceibamiento… Al que me comprenda que lo explique… Creo que comenzó desde esta noche. Soñé… Soñé que estaba ahí, con tu carta en la mano… el con tu carta en la mano. La leyó? La vio? Que sintió? La carta solo voló, estrujada y sola. Sola como tu en el viento. Silenciosa como tu en el viento. Donde se fue a perder? Donde se quedaron tus palabras que te hacen mas fantasma?
Es por los cuentos verdad? Es por eso que no escribes? Es porque nunca se ha visto que el que se va y olvida lentamente entre una carta y otra la presencia mágica de la mujer que lo hizo delirar. Ella nunca deja de ser la que se desnuda en los árboles, la que se baña en las plazas o la que se duerme riendo al terminar algún cuento inventado por ella y por lo tanto feliz. Ella solo esta para el encuentro final veradad?… Y como lo imaginas? Porque lo imaginas verdad? Como lo escribiste en tu cuento?
Soñé con la carta… pero también soné con el sabor a tamarindo… Y me desperté mojada entre las piernas, con agua del mar turbulenta y salada. Me levante con el pelo despeinado de andar corriendo por los sueños así, descalza y loca. Me desperté y ni supe si de verdad me había metido o no en esa bonita pileta del centro de nuestra historia. Me desperté y no entendí desde que momento empecé a ser el personaje de tu cuento. Y si en vez de estar hecha con la esencia con la que se trenzan tus sueños… estoy hecha con las fantasías de tus cuentos de mujeres locas, dulces que se van para aparecer solamente en los reencuentros. Y si los cuentos siempre tienen una cierta estructura, una cierta sintaxis, un equilibrio y un final angustiante, insólito o perverso? Y que hago entonces yo fuera de mi cuento? Mejor me vuelvo a la cama… Pero antes dime, que hago yo mientras tanto? Que hacen generalmente las mujeres que desaparecen en un cuento mientras esperan volver a aparecer anos mas tarde, mas viejas, casadas con algún estupido, y todavía con la magia en el brillo de sus ojos? Verdad que todavía con la magia en el brillo de sus ojos? O con la magia apagada en el hueco de sus ojos? Marchitas? O todavía mas hermosas? Mientras que hacen?
En el cuento, el nunca escribe… El encuentra en esa ausencia deliciosa la razón para recordar de una manera todavía menos real, con cada recuerdo pintado aun más con sus propios colores. Como esas fotos antiguas retocadas por el pintor… Y a nuestra imagen tirados en la playa también quieres ponerle lápiz de labios?
Sabes porque todo esto? Porque te estuve tratando de entender en los cuentos… Y te vi, con el abrigo en la mano bajar las escaleras de la casa tomada… Yo tenía el ovillo de hilos en las manos. Era tu hermana parece… Nunca me besaste. Porque yo, Paulina, era tu alma y la mía encontradas en la infancia. Y tampoco hicimos el amor porque tu eras Alberto, no José nomás… Y Alberto me quería enamorar, y yo me quería dejar enamorar…
En el cuento ella vuelve vieja, triste y casada con un estupido… Esa no fui yo… creo. Y el se va, cierra la puerta y vuelve a imaginársela cada noche pero ya no niña, con el trajecito azul y el cuello blanco, ya no con su mano sobre su cabeza acariciándole el pelo como cuando murió su madre sino, vieja, triste y casada con el mismo estupido pero con el brillo de la magia todavía en sus ojos… con esa luz turbando cada una de sus noches.
En el cuento, en todos los cuentos, ella se va… Que bien verdad! Coincide por lo menos en eso… Se va y nunca escribe. Solo hay uno en el que el recibe una carta… escrita a mano con su escritura rara, torcida, débil… como en medio de una fiebre. El lee la carta y no cree, y no entiende y le parece loca pero todavía linda…Y aprieta el papel con la mano como para exprimir algo de lo que le queda de ella y que es todavía suyo… Entra su hermana y le dice “Que haces con el diario Jhon Alfonso Forero Lozano?” “Que haces ahí con el diario así estrujado en la mano? Llorando así sonreído?” “Desde que estas con esa fiebre, con esa locura tibia que te cobija, no dejas de soñar tonterías verdad?”
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