Una tenue luz que haga
resplandecer vida en tu mirar.
El espejo fiel a ese reflejo tuyo,
por el que te enorgullezcas de existir.
Las lágrimas que fluyan
al sentir tu dolor como propio.
La chispa persistente que encienda
el fuego en tu interior.

Música en tu silencio,
paz en tu angustia,
lluvia en tu tormenta,
esperanzas en tu derrota.

Arriesgarme quiero,
a diluirme en tí y serlo todo.
Anhelo del vaho de tu aliento
acariciándome el alma.
Absoluta inundación de tu mar
asolando mi vida.
Adorno de tu invierno púrpura
con los pétalos de mis ilusiones.

Magnetismo entre tu piel y la mía,
rezumando vitalidad del sentir.
Ilusiones mecidas por el viento
que aún sigue soplando recuerdos desnudos.
Maremoto de pasiones transportadas
por las olas de tu ternura enclaustrada.
Árbol de vida en cuyas ramas se entrelazan
esos sueños a punto de nacer.

Penumbra sofocada,
paz adoptada,
luz detrás de tu mirada,
sombras acunando lamentos.

Quiero ser el fin de tu principio,
la llama de tu hoguera,
cayado en tu paso lento,
quiero serlo todo,
para darle significado
a ese todo que tú eres para mí.

(Te quiero, pequeñita)

(29/11/04)