En un mundo diferente al que sueño me encuentro, rodeado de engaños y poesías baratas, ocultando el verdadero entusiasmo por la vida y por el amor.
Nadie es como yo, por mi forma de ver la vida, de contar la verdad y de sentir las cosas.
Noto en el ambiente la extrañeza de la gente, la cual oculta sus sentimientos por miedo a la muerte.
Noto en la mirada de mis semejantes el miedo ante el amor, el cual los derrumba como el calor a una flor.
Noto en mi corazón la muerte y el amor.
Nadie es como yo, por mi forma de sentir las cosas, de hablar con la gente, de respirar el aire.
Pienso en la nostalgia, el arrepentimiento y la desazón; mezclas de coraje y opresión.
Pienso en la grandeza del amor, en la sabiduría del corazón, en lo lastimoso del odio como solidarización.
Pienso en mí y en el mundo y veo que: Nadie es como yo.