EL NUEVO DEPORTE
“..Claro que por momentos la selección cometió el error de frontalizar pero pronto corrigió, teniendo la pelota, tocando en corto y lateralizado, que es lo que saben hacer los jugadores colombianos…” de esta manera se expresaba uno de los analistas de fútbol más afamados de Colombia el día siguiente del partido Brasil-Colombia por las eliminatorias al mundial de fútbol 2006 que se jugará en Alemania.
Mundial al que por cierto uno no entiende para que quieren ir selecciones cuya aspiración no es la de ganar el titulo. Resulta “chistoso” escuchar a técnicos, jugadores y periodistas, de una selección que no ha ganado nada, referirse a la copa América como un torneo que sólo sirve de preparación para las eliminatorias, es decir consideran las eliminatorias un fin en si mismo: dos años de arduo trabajo y sufrimiento (de los hinchas) para ir a un mundial al que saben con certeza que los devolverán en la primera ronda. Mientras tanto selecciones campeonas del mundo -como Argentina y Brasil- no solo aspiran ganarse esa copa sino que aspiran ir al mundial a ganarse la copa del mundo, y en ello radica la verdadera diferencia: mientras unos aspiran a participar del mundial los otros aspiran a ser CAMPEONES DEL MUNDO.
Pues bien, aquí no hay nada que investigar, como sugirió un destacado periodista argentino, el partido quedo cero-cero porque Colombia jugo a no perder y la suerte lo acompañó un poco. Desde hace tiempo en Colombia se juega a no perder, la misión no es ganar los partidos sino NO perderlos y si por error de un contrario o suerte se hace un gol y se gana pues bienvenido…
Algunos analistas dicen que la manera como se juega el fútbol expresa la identidad cultural de un pueblo; pero la cultura tiene distintas facetas, no es plana sino pluridimensional. Quizá por eso el fútbol colombiano, en una época, fue colorido y alegre; pero ahora se volvió temeroso, desconfiado de si mismo, con baja autoestima, jugando al error del contrario, esperando la lesión de los adversarios y con la calculadora en la mano, quizá sea esta otra expresión de la cultura, aquella que tiene que ver con los efectos que produce una guerra irracional que a su paso solo deja terror, destrucción, miseria y llanto y que muchos se niegan a reconocer su existencia y el alto impacto que tiene en la representaciones, imaginarios y emociones colectivas de la sociedad colombiana.
Claro que también existe la posibilidad de que los colombianos estemos inventando un nuevo deporte y no lo sabemos, por eso lo confundimos con el fútbol. Se dice que existen dos tipos de reglas: las constitutivas y las regulativas. Estas últimas están referidas a la forma, es decir son aquellas que regulan una actividad, por ejemplo, las reglas de cocina -una receta- yo puedo no seguir la receta y cocinar mal pero igual lo que hago se llama cocinar. Las reglas constitutivas, en cambio, son aquellas inherentes a la actividad misma; como las reglas de un juego. Un juego es lo que ES por sus reglas, por ejemplo, el fútbol es fútbol porque hay unas reglas que lo hacen SER lo que ES: se juega en una cancha con arcos, con los pies, se usa un balón de x condiciones y su propósito es meter el balón en el arco contrario, o sea hacer goles. Cuando alguien tomó el balón con las manos y salió corriendo para anotar en el arco contrario el fútbol dejó de ser fútbol y se llamó rugby. Quizá sea esto lo que le pasa a los colombianos, hemos inventado un NUEVO DEPORTE que consiste en tocar en corto, lateralizar, tener la pelota el mayor tiempo posible sin prestársela al rival y sobre todo NO HACER GOLES.
Ah! y se parece mucho al fútbol.
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