Amiga que navegas en la proa de la tarde
mientras me desperezo de mi sueño matutino
escucho tus palabras desde tierras milenarias
conquistadores sempiternos derribando mitos
en esta morena angustia en que nacimos,
palpita mi corazón por la grandeza de saberme
cercano de quien surcó los mares en pos de sus sueños.
Amiga eterna, venero refrescante de aguas
milagrosamente sabias y generosas, palabra viva
sentimiento puro, emprendedora de mundos y sutilezas
hechicera de nuevas artes y pulcra magia
que adormece pulsos y encarcela ensueños
madre extensa, mujer quieta cuya voz desliza consonancias
con la facilidad con que el agua se escurre entre las piedras
en estas simples y sincrónicas palabras me permito
transfigurarme en sustancia alada y sin ataduras
para ondular al viento cual bandera que esgrime como enseña
cuanto te quiero y te respeto, mujer valiente…
Texto agregado el 27-11-2004, y leído por 1804
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
28-11-2004
Hace falta mucho valor para cambios tan drásticos. Ese valor lo da el AMOR.
Un poema bello.
Estrellas graju
28-11-2004
Hermoso homenaje... tu bandera, alta y desplegada como alas de cóndor, se ve ondear desde cada estrella. Un abrazo * neusdejuan
27-11-2004
grrrrrrrrrrrrr!!!! Está relindo así que a pesar de las reservas van mis estrellas anemona
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