Agendas mediáticas y construcción de la realidad social.
Es difícil desconocer que los medios de comunicación de alguna forma influencian la sociedad y sus ejemplos se presentan con bastante claridad. Varios medios impresos fueron analizados por un grupo de estudiantes en función de sus agendas periodísticas.
Los medios de comunicación no sólo ejercen poder sobre la sociedad sino que reconstruyen para ella los hechos (realidad mediática), a partir de la aplicación de criterios (la creación de agendas) sobre los sucesos de interés comunitario (realidad pública) y otros sucesos que no son tan importantes pero que figuran en los medios de comunicación.
De las dos realidades anteriores nace lo que llamaré la realidad social, que es el mundo perceptible en los medios de comunicación y la inquietud pública. Esta realidad social no es la misma en todo momento sino que puede estar constituida por distintos niveles de realidad mediática y pública.
En el caso de la visita de los miembros de las autodefensas al Congreso de Colombia, lo desglosaré teniendo en cuanta las definiciones de realidades, que van muy de la mano con los planteamientos de Maxwell McCombs (teoría de agenda-setting) y Ana María Miralles (El concepto de periodismo social o cívico).
Para empezar la experiencia de análisis con distintos medios de comunicación tiene un punto de encuentro, la falta de cobertura y despliegue al hecho en si (que además sirvieron de variables en el análisis). Es necesario entender cobertura como la cantidad de información (atributos ) contenida en una nota periodística, y el despliegue como el espacio físico prestado por el medio al hecho noticioso.
¿Por qué era importante el suceso? Para nadie es desconocido que el problema del paramilitarismo en Colombia necesita una salida, y un posible proceso de paz puede ser una salida. Por supuesto para que estos acuerdos lleguen a buen término, tanto el gobierno como los paramilitares tienen que aportar espacios de dialogo, además la eventual presencia de los comandantes de las AUC en el Congreso constituye uno de estos espacios, es decir que forma parte de la realidad pública y por su obvia importancia de mediática también.
Por otra parte es comprensible que las dos realidades estén escépticas al tema, ya se a vivido el fracaso en un reciente proceso de paz, donde el gobierno entregó muchas garantías, y los resultados fueron completamente insatisfactorias. El proceso del Caguan con la guerrilla de la FARC sentó un mal precedente en la memoria colectiva respecto a negociaciones con grupos armados ilegales.
¿Cuál es el papel de los medios de comunicación en la formación de la realidad social? Pues en caso de la visita paramilitar al Congreso, sería ideal que la realidad mediática ofreciera al la pública: Informaciones, objetos, con la mayor cantidad de atributos, visiones posibles (McCombs). Es decir, que las agendas de los medios de comunicación deberían ofrecer de hecho una cobertura acorde con su importancia social, darle la posibilidad al público de cubrir la mayor cantidad de dudas sobre el tema, junto con la mayor cantidad de visiones.
La anterior pregunta se puede responder también desde los postulados de Miralles, que me parecen pertinentes en el caso, por cuanto la información y realidad mediática deben partir de la iniciativa pública, mejor dicho: la realidad pública debe ser la base de la realidad mediática. De esta forma garantizar que las informaciones emitidas respondan los cuestionamientos de la comunidad.
El caso del semanario Voz sirve para ilustrar la situación , y presentar a su vez el problema de la misma. Dicha publicación de inclinación política de izquierda ofreció precisamente esa visión del suceso, es decir que la realidad mediática que propuso, si estaba basada en la realidad pública, sino que su manejo fue inclinado a su tendencia ideológica (Puede que se correspondan las realidades en sustancia, pero no en forma). De allí la necesidad de ofrecer la mayor cantidad de objetos con la mayor cantidad de atributos, suponiendo que el ejercicio periodístico busque la construcción de una realidad social tendiente a la objetividad, es decir una construcción integral de la realidad.
No se puede desconocer que los lineamientos editoriales ejercen poder sobre los contenidos periodísticos de su medio, y de alguna forma quienes consumen estos esperan esa conducta. Para el caso de Voz supondré que quienes lo compran esperan del medio un tratamiento de izquierda de los hechos. Entonces si algunos sectores exigen una realidad mediática amañada, para qué solicitar que traten las informaciones de manera imparcial.
Definitivamente y aunque cada medio tiene un público objetivo, deben ofrecer todas las posibilidades a su alcance por la responsabilidad social que adquieren cuando se comprometen con la construcción de la realidad social, y los espacios de debate que se forman en ella. Sería aceptable esta situación (la de los tratamientos parcializados) siempre y cuando (de manera utópica) existieran tantos medios como visones, con parecidas (sino similares) estructuras editoriales, de cobertura y despliegue, pero con distintas tendencias políticas, suficientemente amplias que pongan en las mimas condiciones todas las informaciones permitiendo que la realidad pública se satisfaga.
¿La realidad mediática refleja lo que la realidad pública quiere? Como dije anteriormente esa sería la situación ideal, sin embargo se presenta de una forma engañosa, y que para quienes son críticos de la realidad social no pasa desapercibida. La pregunta correcta es: ¿Por qué algunos medios toman su realidad mediática y la presentan como si fuera la pública? Ese es el caso de la revista Cambio , vendió una idea editorial como si fuere pública. Quizás de esta es un camino corto para cumplir con la creación de una realidad social “objetiva”, de todas formas resulta es un problema. De nombre y parece cumplir su responsabilidad social, pero lo que hace es escudar los propios argumentos detrás de la realidad pública.
Si combinamos las anteriores situaciones con la falta de cubrimiento general al tema, es decir la inconcordancia substancial de la realidad mediática con la pública se hizo presente el la construcción de la realidad social colombiana para el tema de la visita paramilitar. La idea no es acusar ni convertir en demonios informativos a los medios de comunicación, lo importante es buscar alternativas de formación de realidad mediática que beneficien a los medios y a la realidad social.
No hay que desconocer que los medios de comunicación, poseen un capital económico del que dependen, y el que deben mantener, sino aumentar, pues son empresas dedicadas al negocio de la información, sujetas a las leyes del mercado, y que buscan alternativas corporativas para un mejor desempeño en la competencia, dentro de la filosofía de mercado capitalista. Por tal motivo es posible entender la mecánica de los medios de comunicación. El planteamiento esta de acuerdo con Miralles, si se ofrece lo que precisamente la realidad pública busca, no suponiendo, sino colocando del lado del público la información, estrategias de mercado tan agresivas no serían necesarias.
¿Cómo lograr que la realidad mediática concuerde con la pública, y que además resulte rentable para los medios? En primera medida la iniciativa tiene que venir de los medios, y aún más importante de sus directivas, que como ejercicio podrían manejar una información de carácter público con una gigantesca cantidad de atributos, aunque parezcan absurdos y hasta antieditoriales, con la esperanza de encontrar una respuesta del público, o de otra forma crear debate que invite al público a participar. Obviamente este proceso no se da de la noche a la mañana y de cierto modo se practica actualmente, pero se puede optimizar sin herir la susceptibilidad de los lectores (televidentes, radioescuchas…) mientras se someta al público a un bombardeo de visiones (atributos), con la presencia de debate en la presentación de las informaciones.
El papel de la realidad mediática en la construcción de la social es de una importancia inmensa, por cuanto es la realidad social la que se nutre en gran medida de lo que las agendas mediáticas traducen de las necesidades de la realidad pública.
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