Me habras olvidado.
Esa historia, la nuestra, fue corta, muy corta, no duro tan siquiera una luna, una tarde.
Me quieres libre, o al menos me querias libre.
Tu, ser mudable, del aire. Como ries, como cambias y te mueves, dandole forma a la forma sin alas y sin nombre.
Aqui, sentada y mirando el no tan lejano horizonte, me rio, mostrando una sonrisa amplia pero presa de ti, de tu olvido, de tu recuerdo, de tu querer, de todo. De un todo mio. Un todo que es hoy y que fue ayer. Se duerme y se amodorra. No despierta. Flota...
Espera, escucho un ruido. Vuelvo la cabeza y lentamente lo observo todo: los vasos, el espacio lleno de estancia, las flores que adornan nada, aroma de rosas, la vela apagada, el tiempo avanzando con pies de plomo, el silencio que me abraza...
Lo observo todo; de nuevo, mi estancia.
Algo me apresa y me ata, como grillete, cadena pesada.
Miro a mi alrededor, mirada loca, y vuelvo a deparar en el horizonte, ahora sin fin.
De nuevo algo me empuja y me ata.
Libre, me quisistes libre.
Y no lo soy.
Nunca lo fui.
El amor es libertad y libre el que ama.
Ahora, en secreto y callada, la siento.
Siento la libertad. |