romeo y otelo, por favor acerquence a mi mesa,
y escuchen mis indicaciones:
no pretendo que me ovedescan, pero si que acaten mis indicaciones.
estoy observando con estupor, y miedo (disculpen ustedes que entre milicos hablemos de temer, pero soldado cobarde sirve para otra batalla).
ustedes dos estan haciendo de mi, algo asi como un angelito enamorado. y bien saben ustedes, que en esta vida precaria, que me toco en gracia,
no es precisamente lo que necesito para estar bien.
romeo, le tengo dicho que lo invocare cuando este con la buena de salome, y no cuando invoco con tenaz desesperacion a la Madre de la humanidad. en cuanto usted otelo, refleccione, si estoy en mi taberna preferida con una loca de atar, de que me vale ser usted, y ponerme como un bagabundo celoso y sin dinero. maneje el sentido de la oportunidad, y hagase presente, (como lo hara de ahora en mas romeo), cuando salome (por ejemplo)se escape de mis manos, enamorada de otro javoncito de tocador, ahi aparesca amigaso, y no cuando con irineo estamos por cruxar el disco triunfal ¿que desea usted, que me ponga celoso de mi jegua, y que la sacrifique de puro pelotudo?
en su momento llamare, pero ahora no podemos seguir sosteniendo esta comunicacion.
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