Libra Y la fiebre del confín de las cosas domables se hace presente. Situación incomoda que la inconsciencia reclama a gritos para salir del letargo de la comodidad después de un largo peregrinar con la masa inerte. Situación que se repite cíclicamente para despertar tu andar en esta larga caravana. Pienso que debo equilibrar las distintas pesadumbres que soportan los seres que dependen de mí, en este caso este es mi negocio y mis clientes tienen diferencias extremas en los planos que quieras imaginar: marginados de amor, de techo, de compañía, de alimentos, de caricias, de comprensión, de consejos, de todo. En resumen yo diría que tengo clientes de diferentes clases sociales navegando por Internet con distintos propósitos o no. Quizás hay algo que nos hermana y eso debe ser la brisa que abanica la carencia, errores que deberíamos afrontar y resolver. No te puedo abandonar mi querida prudencia, todos los caminos son parte de una gran red y al haber abandonado ese metal de brillo hipnótico que es la felicidad del mugre me he puesto el traje de vendedor de brújulas y no olvidéis que soy tu creador. Lapsus, ya le temo a la bobera. La eludo, mejor.