¿Qué estas haciendo?

¡Hey amigo!... ¿Qué estás haciendo?
Buscando felicidad de oferta entre las góndolas del hipermercado,
transitando con desidia tu rutina sin dolor, sin alegría,
regalando tu vida a diario para mezquinar un poco de dinero,
arrancas entusiasmado hojas de almanaque y por billetes las canjeas,
una vida de papel por dicha de papel ¡Vaya negocio!.

¿Te diste tu baño diario de rayos catódicos?
Adicto...
¿Qué estás esperando para tomar tu sobredosis de sueños ajenos?
Y asesinar tu tiempo libre cultivando anhelos de artificio,
para sacrificar el resto de tu vida en cosechar las frustraciones.
Juega, juega que puedes ganar una máquina más grande de idiotizar,
un atajo que te saque un poco más rápido de la cruda realidad.

Eyacúlas compulsivamente microbios de tu misma carne,
preservar tu especie, ese gran compromiso,
para que el número de esclavos como tu jamás decrezca,
para que sea cada vez más grande la masa humana,
aunque este mundo de piedra siga girando en la calamidad,
como la rueda de un descomunal molino de almas.

Cornudo mental:
¿en quién piensa tu mujer cuando le haces el amor?
¡No la retes, onanista involuntario!,
masturbándote con el cuerpo de ella,
mientras tu mente vuela furtiva hacia las sábanas de otra,
¿Pero es que no te da vergüenza?
¿Es que no hay nada, pero nada que puedas hacer por el amor?

Tus padres vivieron para ti y vives para tus hijos:
esa digna excusa que justifica el abandono de tus dignidades,
Y dime, cuando te despiertes sobresaltado,
cuando sientas galopar el final sobre tu corazón,
cuando te duela... y sea tarde,
¿A quien piensas culpar?
Si hay algo seguro es que no vas a reconocer el crimen,
por aceptar tu herencia, por nombrar tus herederos,
del temor a ser uno mismo: Ese preciado tesoro familiar.

Hey amigo, ¿Qué te pasa? ¿te estoy ofendiendo acaso?
No quise hacerte daño, todo lo contrario;
Mejor te dejo dormir tranquilo cobijado en tu rutina sin dolor, sin alegría,
te dejo rumiar en paz tus pequeños sueños de hombre ordinario,
¿No me lo estas pidiendo desde el mismo fondo de tus ojos caídos?
De todas formas tu y yo bien lo sabemos,
que no hay nada que quieras hacer al respecto.

Alejandro Racedo “El Loco”