Excursión a ese mundo que hicimos
nuestro sin palabras, beso a beso,
matando orgullos bajo una luna
que hacía mágico cualquier gesto...
Creciente..., brillante, desplegando
ese manto de estrellas,
fugaces en tu mirada perdida...
Silencio... Paz de mi encuentro
nacido de los desencuentros
teñidos de esa nostalgia
que me trasmites...
Quietud..., magia..., esa energía,
regalada por el agradecido universo,
a dos miradas cómplices de la belleza
que exhibía en calma...
Incendio... Piel sacudida por las olas
de dos tormentas que acaban uniéndose
irremediablemente..., relámpagos de pasión,
estruendo enmudecido de la vida naciendo...
Encuentro de almas, convulsión de pieles...
Humedad inundándolo todo,
callando las dudas, apagando lamentos...
Belleza desatada por esa energía que,
sin nacer ni en tí ni en mí,
se apoderó de nuestro mundo,
agradecido al brillo de esa luna
que nos hablaba con fuerza del amor,
ese océano que nadamos en la noche,
anhelando proximidad de tus latidos
adheridos a mi pulso,
borrando esa soledad tan ajena
cuando me lleno, a sorbitos, de tu vida...

(24/11/04)