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Estoy corriendo desnuda por un hermoso prado, pisando la hierba fresca y sedosa. Me siento ligera como una pluma, si me lo propusiera podría incluso volar. -¿Y por qué no?- A ver, tomo impulso, ¡Ya está! ¡Qué fácil es! ¿Cómo no lo había probado antes? ¡Increíble!, ¡Estoy volando!, ¡Soy libre! -Espera un momento… ¿Qué es ese graznido? ¿Algún pajarraco? Cada vez chilla más, se parece a...
¡El despertador! ¡Las siete ya! Qué pena, todo era un sueño. Y Luis durmiendo a pierna suelta. Míralo, si hasta le cae la baba, qué cara de felicidad ¿Qué estará soñando?
- Luis, Luis, que ya son las siete.¡Despierta hombre!
- Nada, ni caso, todos los días lo mismo. Claro, luego se levanta con el tiempo justo y todo son broncas. ¡Qué harta estoy!
- ¡Anaaaaaaa! ¡Anaaaaaaaa!
- ¿Qué?
- Me falta un calcetín. Ana. ¿Dónde puñetas está el maldito calcetín?
- En el segundo cajón de la derecha, míralo bien. -¿Pero cómo no lo ve? Es que no me lo explico- Javier, Javier despierta, venga, que se hace tarde. -¡Pero qué desastre de habitación tiene este chico!
- ¡Anaaaaaaa! ¿Y mi camisa gris?
- Está en la lavadora, ponte la azul que la tienes planchada encima de la silla.
- ¡Joder, Ana! Te dije que la tuvieras preparada, si sabes que hoy tengo la reunión de delegados. ¡La camisa azul no pega con la corbata verde!
- ¡Mamaaaaaaaaaa!
- ¿Qué?
- ¡No encuentro el chándal!
- Lo tiraste ayer a lavar, Javier. Ponte los vaqueros.
- ¡Jo, mamá, que hoy tengo gimnasia!
- ¡Busca el otro en el armario! -Si no lo tuviera todo hecho un desastre... ¡Madre mía, las siete y veinte y aun no he despertado a Marcos! -Uy, que olor ¡la leche! se ha salido toda la leche, lo que me faltaba, ¡Qué empastre!.
- ¿Aun no está preparado el desayuno? ¡Joder Ana que desastre! Por tu culpa voy a llegar tarde.
- No puedo ir más deprisa, Luis. ¿Todo lo tengo que hacer yo?. Calienta más leche anda, que aun tengo que levantar a Marcos.
- Da igual, ya desayunaré por ahí. No sé si vendré a cenar, hoy acabaré tarde. No me esperes ¿eh?
- ¡Marcos te has vuelto a hacer pis!
- No, mami, es que he sudado mucho.
- No seas mentiroso, anda ven que te lave.
- ¡Anaaaaaaaa! No están las llaves del coche ¿Dónde están las llaves del maldito coche?
- No lo se, Luis. ¿has mirado en el bolsillo del pantalón que llevabas ayer?
- ¿Y dónde está el jodido pantalón? Hostias Ana, si no me ayudas no llego
- Espera que estoy vistiendo a Marcos. -Venga, hijo date prisa, que vamos a llegar tarde a la parada del autobús.
- ¡Jopé mamá! ¡No me has preparado el almuerzo!
- Mami, no quiero ir al cole.
- Sí doctor, fue en ese preciso momento. Me salió de dentro, no pude evitarlo, fue un grito fuerte, profundo, como si tuviera eco y viniera de lejos, luego la risa. Una risa histérica, sin control, que iba en aumento. Veía la cara petrificada de mi marido. Se me quedó mirando con la boca abierta, como si no me reconociera, con una cara tan cómica que pensé -¡Qué cara de lelo se le ha puesto! Y no podía parar de reir, cada vez reía más fuerte. Me rodaban las lágrimas por la cara, me dolía ya el pecho y las carcajadas se hacían más fuertes. Veía a mis hijos acercándose asustados preguntando -¿Qué le pasa a la mamá?- Y para entonces ya me había entrado el hipo, un hipo feroz, que retumbaba en toda la casa. Comenzó a sonar el timbre, era Vicenta, la vecina.
- ¿Ya está preparado Marcos? ¿Pero qué le ocurre a Ana?
- No se -decía Luis desconcertado- no para de reirse y de hipar como una loca.
- Habrá que llamar al médico, esto parece un ataque de histeria.
Yo los miraba sin poderme parar. Los gritos alertaron a los vecinos, empezó a correrse la voz y cada vez venía más gente.
- ¡Pobrecilla!
- Hay que darle una tila.
- Una bofetada, eso se arregla con una bofetada.
- No sea bruto, don Paco, como se nota que fue usted militar.
- Un Valium, ahora mismo le traigo un valium.
- Primero habra que esperar al médico ¿no?
- Venga, doña Fina, que usted parece la farmacia ambulante.
- Yo llevo a los niños al autobús escolar, Luis.Vamos, Marcos, no llores, que tu mamá se pondrá bien...




Texto agregado el 25-06-2003, y leído por 258 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
25-06-2003 Qué talento para la dramaturgia!!! Me llama la atención esa cualidad, poco frecuente. Un abrazo, danielnavarro
25-06-2003 este cuento es una extraordinaria perla , es agobiante el sentimiento que irradia la protegonista. Muy aleccionador para un machista como yo. Me recordé de mi madre, de mi harmana y de mi mujer; me terminé sintiendo como el hoyo. Realmente es uno de los mejores que he tenido oportunidad de leer. Te felicito. cao
 
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