Las aventuras de Manuel Medina

Caminaba por calle Condell en el puerto de Valparaíso, después de las 12 de la noche, el comisario Manuel Medina no podía volver sin su arresto de cada viernes… de pronto se dio cuenta que entre los vendedores habituales que le conocían había una mujer, cuya apariencia parecía la de una prostituta. ¡Qué bien! La noche estaba salvada, arregló su viejo sombrero de fieltro y se le acercó: ¡Oye!, ¿Cuánto? -¿Cuánto qué? – le respondió ella. Sin aclarar nada, la tomó rápidamente y la esposó… todos los vendedores rieron a carcajada ¡Te llevas presa a la monjita!
- Hermana María Ester, para servirle.