Como a todos,
me han pasado cosas que no comprendo,
cosas que provocan la perdida del sueño,
que ocupan el lugar de la razon,
que se adueñan del pensamiento.


Tu llegaste y te quedaste
como alfiler en queso danes,
te instalaste en mi corazon
y te apoderaste de mis pensamientos
y tu voz suena incesante en mis adentros.


No entiendo las razones de los suspiros,
es como si me volviera a enamorar.
Los ojos se me pierden con tu sonrisa,
mis manos se deshacen cuando estás.


Es obvio que no te quiero perder,
es más sencillo quererte en silencio que perderte.
No lo quiero llamar amor aunque lo sea,
no quiero admitir que ocupas mi mente
como ocupa tu voz en mi cabeza.


No comprendo que sucedio,
es incompresimble como llega el amor,
te vi, me viste,
nos miramos como desconocidos,
nos saludamos como dos posibles amigos,
y hablaste con dulsura,
con la dulsura que me hace sentir culpable.


Culpable por no haberte amado antes,
por no haberte regalado mi corazon,
aun sea para que lo tengas como adorno en su habitacion,
o para que lo cuergues en tu pecho
como fiel correspondencia de lo que siento.