Me voy dejando seducir por el suave susurro que tu voz ensaya, en mi cuello rendido. Me vas envolviendo con el calor de tus manos que recorren mi cintura. Me moldeas a tu antojo mientras mi cuerpo tiembla y se deja llenar de placer. Me besas y me apasiono por tu olor que embriaga. La luna , solo ella, ilumina tu cara invade la cama sin permiso volviendo azul la pasión, haciendo mágico el momento. Mientras me pierdo en ti escucho los silencios que improvisa esta noche solo para nosotros. Mágica noche de entrega de amor apasionado, pintado de caricias en un cielo infinito.
Texto agregado el 22-11-2004, y leído por 160 visitantes. (4 votos)