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"Bratislava" es la palabra que hace tiempo se repite como la voz de mi conciencia en varios de mis sueños en los últimos meses, años derrepente y también. Los sueños no son nada especial, sin trama definida y por lo general bastante citadinos, limeños y por supuesto tan grises que parecen en blanco y negro. No son cosa de todas las noches, pero si lo suficiente como para preguntarme porque. ¿Porqué el nombre de una capital europea ronda sin cesar y sin razón en mis sueños, tan mazomorreros ellos? Pensando y pensando he llegado a la fuente, pero no creo que a la razón definitiva, quizás nunca llegue, inclusive recurriendo a la opción del psicoanalisis o la más jalada de los pelos parapsicología del péndulo y la telekinesis. Bueno la cosa es que tampoco es algo que me quité el sueño por el momento, pero tampoco les puedo ocultar que la cosa puede llegar a mayores al paso que va. Por lo tanto, tonterías o no, se los tengo que contar a manera de cojudisima catarsis, les guste o no, total una vez que se escribe se sólo queda que lo lean...

Nací en una familia muy poco política pero si bastante derechista, es decir nada que ver con el socialismo, comunismo o cualquier cosa tirada hacia la izquierda. Crecí en un país con la amenaza permanente de un grupo tan despreciable y cobarde como Sendero Luminoso y sus atroces atentados asesinos, sabiendo siempre que estos eran adeptos a la ideología comunista. De esta manera comencé a vivir relacionando el comunismo con el mal, con el odio, con la injusticia, con la sangre, la muerte, el sufrimiento y la falta de libertad. La televisión tan gringa y alienadora no hizo más que darme la razón. El comunismo era malo, opresor, odioso. Por lo tanto, eran soviéticos y sus temibles siglas URSS, los malos y los culpables de la amenaza del holocausto nuclear, de la falta de libertad, y de los más cercanos atentados, secuestros y apagones en nuestro país.

Así pues, pensaba yo y miles más de niños en el Perú y el mundo.

Hoy en día las cosas son diferentes. La guerra fría termino. El mundo se desequilibró. Se comprobo que el comunismo no funciono, pero no por maligno sino por útopico. Quizás el gran defecto del comunismo es que es demasiado bueno. Fracaso por irreal. Por ser más bueno que la misma naturaleza humana y por lo mismo tan contraria a esta. El comunismo igual satanás ya es cosa del pasado.

Desde muy niño, mapa mundi en mano, comence a interesarme por los cientos de nombrecitos que figuraban en mi globo terraqueo, tan didádicto como redondo. Eran países, unos me caían mal, otros no tanto y algunos hasta bien, pero sólo uno era mi preferido: Checoslovaquia.

Por supuesto, así como para evitar confusiones, me parece pertinente dejar claro, que esta predilección no tiene nada que ver con el Perú, que es el país que más quiero, por más que a veces lo odie con toda mi alma, ya que es el país donde he pasado los mejores momentos de mi vida.

Y esto fue de muy niño y no desde hace algunos años, como alguien que lee esto podría pensar, lo que vino después, más fácil de comprender pero imposible de contar, fue una linda, deliciosa, doble y singular casualidad u ocurrencia, que gracias a Dios y a la vida aparecen de vez en cuando. Ahora cosa del pasado.

Un país en el medio de la zona más conflictiva del continente de las guerras. Aplastado entre la siempre belicosa Alemania y el "Imperio del mal" liderado por la CCCP. Ingrata fue la sorpresa con la que me tope al enterarme de que mi país preferido era parte de ese eje sátanico. Sin embargo no fue suficiente como para que ese país, tan lejano a mi realidad, dejará de ser mi preferido entre todos esos nombrecitos impresos alrededor de mi mapa mundi.

A manera de consuelo me vine a enterar que ese país de mi predilección había buscado la libertad pero también había sido aplastado por el ejército rojo, en ese momento la versión real y verídica de los temibles e imperiales Storm Troopers liderados por Darth Vader, desde la Estrella de la Muerte por supuesto. En ese momento dejó de ser parte del mal para convertirse en una víctima heroica, incrementando así mi favoritismo por ese país.

¿Porque preferí un país como Checoslovaquia? Ni idea. Me habrá gustado el nombre, la bandera, no lo se, pero fue mi elegido y lo siguio siendo hasta que un buen día, adolescente yo, me entere que este país se separaba. Ya no sería más Checoslovaquia, ahora eran dos: la República Checa y Eslovaquia. Así como así, pacíficamente y de un día para otro, mi mapa mundi había cambiado para mal, para menos, casi para inútil, y oh horror!! en mi país preferido!! No sólo necesitaba un mapa mundi nuevo y actualizado necesitaba (no pregunten porque) una solución a mi problema de falta de país preferido. Tenía que escoger entre uno de los dos, la República Checa o Eslovaquia. ¿Cómo escoger? Díficil para el corazón, por lo tanto apelé a la mente calculadora, previa informada superficial.

De Eslovaquia, muy poco: rural, medieval y bastante aburrido. De la República Checa bastante: país combustible de la cultura en la Europa oriental, una capital entre las más hermosas y afamadas del mundo, un pueblo tan cervecero como Pilsen (origen del proceso de elaboración de la deliciosa cerveza peruana y porque no, también boliviana), escritores tan buenos como Kafka y Kundera, automóviles tan célebres como Tatra y Skoda (las pocas veces que he visto alguno circulando en Lima han sido llenas de emoción), armas tan bonitas como las CSK, entre otras cualidades.

Con más información que corazón opté por preferir a la República Checa, su Praga y Pilsen, sus Skoda y sus Tatra, sus Kafka y sus Kundera. Era mi país a querer entre los dos, total Eslovaquia nunca puso mucho de su parte.

Ahora que la palabra Bratislava ronda insistente en mis sueños pienso que quizás el país que en verdad siempre quise se esta uniendo nuevamente, o que quizás en mi mente y querer nunca se separo, y esta aparición no es más que la reinvindicación de una parte que mi mente decidio dejar de lado. Que en verdad nunca preferí uno sobre el otro, sino que más bien yo sólo he querido a ese país llamado que Checoslovaquia, que hoy ya no es más.

Cuando cruce el charco, cosa que pretendo hacer pronto, no voy a visitar uno o el otro sino los dos, o mejor dicho sólo Checoslovaquia, ya que para mi es uno sola y si quieren uno sola dos en uno. Lógicamente ahora me doy cuenta que yo no conozco ni conoceré checos ni eslovacos sino sólo checoslovacos, cagandome a riesgo propio en herir suceptibilidades y nacionalismos.

Bueno necesitaba escupir estas ideas que se me cruzan por la cabeza de manera desordenada y a veces preocupante. Espero no haberlos aburrido ni mucho menos con tremenda tontería, pero así es la vida y a veces se es así.

Texto agregado el 24-06-2003, y leído por 964 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
24-06-2003 muchas gracias por el comentario. Si pues, es verdad que no se tiene que vivir lo mismo para llegar a las mismas conclusiones. Todo extremo es malo y hay que tratar de evitarlos dentro de lo posible. No he pensado mucho en el tema de la reencarnacion, seria una teoria valida si es que el todo esto no fuera simplemente producto de mi imaginacion. Gracias nuevamente... chanti
24-06-2003 me gustó mucho tu historia, está muy bien redactada, sólo tienes que corregir unas cuantas faltas ortográficas y alguna que otra frase que suena algo repetitiva, por lo demás me encantó. Sabes? es curioso, digamos que yo nací en un ambiente opuesto al tuyo pero las conclusiones que he sacado no difieren tanto de las que has sacado tú, y me gusta eso porque demuestra que somos algo más que las circunstancias, que debemos olvidar lo aprendido muchas veces y pensar por nosotros mismos, no todo el mundo tiene esa capacidad, la mayoría se deja arrastrar. Hoy en día yo estoy en contra de todo ideal radicalista, aunque no me cabe duda de que a veces hay que actuar de modo radicar para algunas cosas, por ejemplo para salvar a alguien o para decir no a la guerra, no a las divisiones absurdas, no a las diferencias, pero son instantes que se hacen necesarios, la actitud ha de permanecer siempre flexible. Por supuesto no es ninguna tontería este tipo d pensamiento son los que enriquecen a la persona. Otra cosa, lo de tu afán con Bratislava, no sé, no sé, ¿crees en la rencarnación?, jijiji Un saludo y nos leemos pronto. vihima
 
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