Tenía cinco años cuando tomé una micro y llegué escondido hasta el local... parecía una madriguera, carne en vitrina adornada y brillante, vistiendo zapatos viejos y bikinis sueltos, todas lubricadas, cansadas, bailando sin vida entre estrellitas y espejos multicolores... Recuerdo que un guardia me vio y quiso sacarme de ahí justo cuando la fábrica de alegría lanzaba otra mas al escenario... Ahí fue cuando mi mamita me vio... Ha pasado el tiempo y aun hay días en que veo a mi mamá en el escenario... pero ahora soy yo el que corretea a los mocosos que llegan escondidos.
FIN
Por Tom R. Vera Correa.
Texto agregado el 20-11-2004, y leído por 215
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Lectores Opinan
27-08-2005
Me gusto tu forma de expresar el trauma que un niño pude sufrir al descubrir la dura realidad de su ser más querido, y no poder llegar a entenderlo. monica_riveira