Pues asi....
Como un vía crucis,
el bosquejo de tus manos
se yergue dentro mi todo,
y allí perduro en un eterno sueño
que desemboca sólo en ti.

Soy la finitud de los almendros
perdiéndose en el alba
como un deseo que doblega al infinito,
la soledad de una espera
habitada por tus letras
o el eco de las aguas
afluentes a tu imagen;
soy el sol bajando por la espalda,
una cacería en busca de tu amor,
la piel
en lo impredecible de las bocas.
Dios latiendo en un encuentro,
la habitación girando en torno al mundo,
vos y tu sonrisa muriendo con mi ser,
el cielo...
las mañanas amarradas a tu esperma.
Bajo la eternidad
te llevo en todos mis rincones,
perdido como un niño temeroso o taciturno,
sensual / extendido en mi silueta
en un manantial de gratitud / hambriento,
dibujando el epicentro de mi orgullo.
Te amo
por encima de lo eterno y lo profano
sobre el alba de las cosas,
en lo humano y lo finito,
desafiando las voces de este sino,
como un deseo imposible
de gestar / sin haberte conocido.

Ana Cecilia.