El mar
Sentada mirando el mar, dando la espalda aquellos malos momentos, consumía cada parte de aquel enorme paraje, creí que me observabas en el silencio de las olas, el ir y venir de ellas me llenaba de tantos recuerdos, me llenaban de ti, me llenaban de mí.
Mirando el mar, llene de letras las cartas que jamas leíste, mirando el horizonte las palabras que jamas dije. Él hecho de callar siempre, fue un error, quizás un triunfo, no lo se jamas sabrás cuantas veces pense en ti.
Cuando el mar me envolvía, me deje embriagar con el susurro del viento que jugaba con mi pelo, lo sentía helado sobre mi rostro, té vi a ti montando las olas, dominándolas a ellas, jugando a ser dueño de lo que tu tocases, caíste y te perdiste en el inmenso océano de los que ya no están.
Jamas, ya podré, justificar mi silencio.
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