Me rasgo la piel con tu noche, y apago mis huesos soberbios; como quien sufre del aire, del viento que respira, adolece del cielo los sueños y de la tierra en su carne un largo sendero...
Me duelen los pasos cansados, me duele la risa ligera de los rostros inundados de tanta y sutìl lepra...
Y la mano del extraño, y la voz del profete me escupen, me dan asco, me perturban, me molestan.
Es eso y solo eso...¿y que otra cosa?
es tu voz decorada de vìseras, de hueso, de carne y de piel teñida y de manos arrogantes cubierto por encima como un chocolate.
Es eso y solo eso...¿y por què escribo?
Es tu cràneo tapado de aljibes que parecen ojo. Es solo mi sed que pide a gritos los despojos de esa guerra en que triunfaste contra todo.
Es eso y solo eso...carne corruptible y òrganos deborables, y huesos consumibles y agua y sal y potasio con calcio...Ah dìmelo...¿No eres màs? solo carne y piel con algo de muerte al final como debe ser.
Ah dilo ya, quiero saber que no existe piedad.
Piedad...ayudame...esfùmate en este viento que te arrebato del hades; que te rapta de los tiempos... y despidete cual sueño dejando tras de ti despierto mi cuerpo deplorable y mi futuro incierto. Y despidete cual sueño. Vete o dime que no existes... lo pido a ti o se lo ruego al dios, demonio o azar que te edificò en mi suelo lo clamo y parece delirio. Tanto guardè y ahora temo y prefiero soñarte en la vida y elijo vivirte en un sueño...
antes que mancillar tu aroma con el hedor de este encierro...